Como a muchos mexicanos, el tema de la reforma judicial preocupa por la falta de información, porque lo único claro que tenemos hasta ahora es que tienen prisa por aprobarla antes de que termine este sexenio.
En lo personal me gustaría conocer las “letras chiquitas”, ya que a ciencia cierta todavía desconocemos el alcance y la forma en que se aplicará en la práctica y si habrá algunos candados para evitar que lleguen al Poder Judicial personas con cuestionada probidad.
Luego de que la aplanadora morenista en la Cámara de Diputados arrasara con todo en una sola sesión, ahora falta que el Senado confirme la ley en unos días, cuando también a modo fast track quedará aprobada una vez resuelto el diferendo de si hay mayoría calificada o falta un legislador para alcanzarla.
Los diputados federales de Morena por Nuevo León celebraron, como en todo el país, como si fuera un asunto de vida o muerte.
Mi amigo y ex compañero periodista Santiago González lo subió a sus redes con una algarabía desbordante, y que a estas alturas no comprendo por qué la celeridad para una iniciativa que millones de personas todavía no le encuentran el beneficio.
Por experiencia propia entiendo la dinámica de los juzgadores y magistrados, que asumiéndose como un poder autónomo en este país emiten resoluciones sin tomar en cuenta el sentido social, y eso muchas de las veces los hace parecer insensibles.
Sin embargo, aunque sus decisiones estén justificadas, desde la visión de la Cuarta Transformación debe haber un cambio en los procesos para elegir a sus integrantes y designarlos mediante el voto popular.
En el fondo puede que tengan razón quienes empujan la reforma, en las formas deja duda tanto acelere, porque muchos sectores de la sociedad desconocen el cómo se irá implementando.
El riesgo de someter al escrutinio público esos cargos es que puedan llegar personas no calificadas y sin la experiencia necesaria, eso en el mejor de los casos. En el peor escenario existe la posibilidad de que influencias oscuras puedan meter mano porque les conviene tener jueces a modo.
Espero que una vez aprobada, la reforma se implemente con toda la sensatez para la tranquilidad de millones de mexicanas y mexicanos.
