El 23 de junio de 2021, la Secretaría de Salud registró 154 casos nuevos ese día, con un promedio de 102 por semana. Para el 4 de febrero del 2022, es decir, casi siete meses después, alcanzó el pico más alto al contabilizar 6 mil 745 nuevos contagios, en lo que se consideraba la cuarta oleada.
Eso incrementó el número de muertes que a la fecha suman 16 mil 297 en los dos años y tres meses de pandemia. El gobierno de Nuevo León, en ese entonces encabezado por Jaime Rodríguez Calderón, hizo un manejo aceptable de la crisis sanitaria, aunque habría que investigar el manejo de los recursos.
Un año después (23 de junio 2022) hay registro de casi 2 mil nuevos casos al día, lo que para muchos no representa un riesgo porque solo 82 personas fueron hospitalizadas, con dos lamentables defunciones. Sin embargo, para algunos expertos es un signo de alerta.
Se trata de una posible quinta oleada que llega sí con la experiencia acumulada, pero con menos coordinación entre las diferentes entidades de salud. A nivel federal, el subsecretario López-Gatell ya se desentendió y hasta desaparecieron el “semáforo sanitario” o al menos ya no se habla de él.
Cada estado sigue manejando a su entender la contingencia sanitaria, lo cual es peligroso, sobre todo porque el covid-19 sigue presente en nuestras vidas, aunque no cause tantos estragos como al principio.
En el caso de Nuevo León habría que agregar el agravante de la falta de agua, un elemento indispensable para erradicar el virus mediante las medidas de higiene recomendadas a nivel mundial como el lavado de manos continuamente.
Es comprensible que los ciudadanos estén más preocupados por obtener el vital líquido, ya que en muchos sectores del área metropolitana carecen de una sola gota, pero no debemos olvidar que el coronavirus está vigente y prueba de ello son los nuevos casos.
El peligro de contagio está latente cada que organizan protestas en las calles, o cada que acuden a las llaves colectivas a surtir agua para sus necesidades primarias. La desesperación justifica las medidas de presión ciudadana, siempre y cuando no se olviden usar cubrebocas y gel para mantener alejado al covid-19.
Miguel Ángel Vargas