Tras el asesinato de dos elementos de la Policía Municipal de Puebla, a manos de integrantes del crimen organizado, se le vino la noche encima al secretario de Seguridad Ciudadana, Fernando Rosales Solís, quien tuvo que pedir la renuncia al subsecretario operativo Gustavo Alonso González Zapata.
La noche del sábado, decenas de elementos de la Policía Municipal se manifestaron en el Zócalo de la ciudad, donde exigían mayor apoyo de la corporación, luego del homicidio de sus dos compañeros abatidos mientras patrullaban en el oriente de la ciudad.
Tuvo que ser el propio alcalde Pepe Chedraui, quien entrara al quite para negociar con los disidentes y levantar el paro. Le toco dar cara para demostrar que no está nada más para las fotos, sino para poner el pecho en los momentos difíciles.
Para ello, estableció un canal de diálogo con la comisión de elementos de la policía de la ciudad, donde se abordaron diversas solicitudes y preocupaciones relacionadas con el funcionamiento de la corporación.
En esa mesa de trabajo, los uniformados solicitaron, entre otras cosas, la revisión de diversos temas como de equipamiento, salariales y de tiempos de trabajo.
Si bien es cierto que Chedraui Budib supo manejar esta situación de emergencia, también lo es que en el fondo tiene que ver con la penetración de los grupos delincuenciales en el estado, y especialmente en algunas Juntas Auxiliares de la capital.
Hace unas semanas lo había dicho el vicealmirante Francisco Sánchez, titular de la SSP estatal, quien señaló las cuatro demarcaciones, de las 17 que conforman el municipio, donde dijo, la venta y consumo de drogas está desbordado.
Sin duda la Policía Municipal debe ser la primer respondiente, pero la estrategia debe ser integral, e involucrar al estado, así como a la Federación por tratarse del crimen organizado que es de su entera competencia.
Desde la administración de Salomón Céspedes se ha mencionado incluso a los grupos por su nombre, y si bien no estamos en los niveles de Guanajuato o Tamaulipas, están obligados a combatir a los delincuentes con urgencia pero con inteligencia, a fin de garantizar la tranquilidad de los poblanos.