Este martes el gobernador electo Alejandro Armenta se reunió con directivos y dueños de medios agremiados en la Cámara de la Industria de la Radio y Televisión de CdMx, Puebla, Oaxaca y Veracruz, donde ofreció mantener una relación de respeto mutuo.
Dicen que las comparaciones son odiosas pero necesarias, y aunque nunca se le mencionó por su nombre, seguramente a muchos les vino a la mente el recuerdo de algunos gobernadores extintos que consideraban enemigos a quienes pensaban distinto a ellos, ya no digamos a los que se atrevían a cuestionarlos, con razón o sin ella.
En su discurso, Armenta se comprometió a construir una alianza con los medios de información, a quienes calificó como "constructores de la democracia", debido a que servimos, según dijo, como "puentes entre el gobierno y la ciudadanía".
Siendo honesto, tampoco considero que seamos como tal unos artífices de la democracia, pero de alguna manera asumimos que es parte de nuestra responsabilidad con la sociedad, dar espacios a todas la corrientes de pensamiento y a las diferentes opiniones, para que cada persona decida en conciencia como sucedió el pasado 2 de junio.
En ese sentido, el gobernador electo comentó algo que en lo personal me parece políticamente correcto, pero sobre todo muy sano para el mejor desarrollo de la comunidad poblana que por agravios del pasado reciente, se sentía desconfiada. Me refiero en particular a los empresarios que arriesgan su capital, y que para ello necesitan certeza jurídica, un tema tan de moda ahora con la polémica reforma judicial.
Armenta dejó claro que a pesar de tener mayoría absoluta en el Congreso, no hará mal uso de ese poder otorgado en las urnas, y que para muchos políticos representa una gran tentación a la hora de tomar decisiones.
Ese punto es lo que más me llama la atención de un hombre que asegura ser receptivo a la crítica bien fundada, y sobre todo que no se dejará llevar por el canto de las sirenas, cuando su círculo cercano lo llene de halagos como ocurre una vez llegando a la cúspide de su carrera política.
Por lo que escuchamos, el gobernador electo tiene los pies bien puestos en la tierra y eso habla bien de él. La expectativa es muy alta, y el tiempo se pasa muy rápido.