De acuerdo con un reporte de la Press Emblem Campaing, una ONG son sede en Ginebra, Suiza, desde el inicio de la pandemia han muerto al menos 585 periodistas en 57 países.
En México contabiliza 42 compañeros de los medios de comunicación fallecidos, pero es muy probable que esa cifra sea mayor porque esa estadística no refleja el mes de enero.
Por esa razón apoyo la propuesta de mi amigo Francisco Zúñiga Esquivel, presidente de la Asociación de Periodistas de Nuevo León, quien envió un escrito al secretario de Salud, Manuel de la O Cavazos, para analizar la posibilidad de incluirlos dentro de la primera línea de combate al covid-19.
Este domingo escuché la respuesta del doctor De la O, donde de manera política dijo valorar el trabajo de los medios, y consideró que son un grupo vulnerable, pero nunca habló de vacunarlos de inmediato como le solicitaron.
Es un tema que podríamos debatir, porque si bien es cierto que el número de decesos de los que cubren a diario los pormenores de la emergencia sanitaria no es significativo, también lo es que el piso no ha sido parejo.
El gobierno federal decidió inmunizar a los del primer frente de batalla, pero de última hora incluyó a los llamados servidores de la nación, que no son otra cosa que los promotores electorales de la Cuarta Transformación.
Por si fuera poco, algunos periodistas paleros de la 4T que acuden a la conferencia mañanera también presumieron en sus redes sociales haber sido inoculados, y seguramente gracias a su cercanía con el poder.
Queda claro que no están siendo justos ni equitativos, porque los reporteros tienen igual o mayor contacto con personas contagiadas al transmitir sus historias en todo el territorio nacional.
De hecho, me parece que esa cifra se queda corta, pues en los últimos días nos hemos dado cuenta a través del Facebook de algunos integrantes del gremio que lamentablemente han perdido la vida.
Por si fuera poco, el gobierno mexicano está de acuerdo con pedir menos vacunas a sus proveedores, para que las destinen a países pobres. Esas son las decisiones que deberían consultar para no quedar como candiles de la calle.