La jornada electoral del 2 de junio no es un “mero trámite, el próximo domingo es el día en que cada ciudadano tiene en sus manos la posibilidad de contratar o no al máximo servidor público del país que en este caso se trata del presidente de México, pero además somos quienes les daremos la oportunidad de trabajar para nosotros a alcaldes, gobernadores, diputados locales, diputados federales y senadores.
El reto es terminar con la tendencia de ser gobernador por las minorías, y explico: en este momento a la clase política en el poder no le conviene que se rompa el abstencionismo pues es más fácil controlar mediante un entramado de mecanismos que han ideado para ello a la tercera parte de la población que termina votando por ellos es decir del 100 por ciento de las personas que están en posibilidad de votar 30% dan el triunfo a los candidatos, el otro 30% por ciento se divide entre los partidos de oposición y el 40% restante es el que no sale a votar y que generalmente termina siendo el que más se queja del resultado de la elección.
Salir a votar, se lo digo, debe asumirse como una situación de vida o muerte, le damos vida a la democracia o terminamos matándola, dando al traste con el esfuerzo de millones de mexicanos que salen este domingo a ponerse al servicio de quienes acudirán a las casillas a ejercer su derecho a votar, pero además echamos por la borda miles de millones de pesos que se gastan para dar confiabilidad a la elección.
No es posible que 40% de connacionales simple y llanamente decidan quedarse en su casa o hacer otra cosa que no sea acudir a votar, créame en cada casilla lo están esperando 6 boletas con las que podemos hacer la gran diferencia, si no votas, no te quejes del país que tienes, pues lo que tenemos es producto de nuestras acciones y ser omisos en este ejercicio democrático es una decisión que resulta nefasta y sumamente dañina para nuestra nación.
Es muy importante hacerle saber a la clase política que hemos dejado atrás las cadenas de control ejercido con el presupuesto que sale del bolsillo de todos los mexicanos, no podemos caer en la dejadez y menos en la responsabilidad de no salir a votar porque entonces esa misma clase política sabrá que nos tiene comiendo de su mano.
Sal a votar, en verdad, no importa por quién lo hagas... es un asunto de vida o muerte.