Pasan los sexenios y un tema que poco se atiende con políticas públicas claras es el de las adicciones, la demanda de sustancias estimulantes legales e ilegales tuvo un incremento aún no calculado con certeza después de la crisis generada por la pandemia, no solo a nivel nacional sino a nivel internacional.
Esto desafortunadamente hizo más fuertes a los grupos delictivos cuya principal actividad es la fabricación y el tráfico de sustancias ilegales. Gran cantidad de menores se iniciaron en el consumo primero de sustancias tóxico-estimulantes de libre consumo para luego pasar al consumo de las ilegales.
Derivado de encuestas realizadas para conocer el panorama del consumo de drogas queda claro que las de inicio son las sustancias adictivas legales (tabaco y alcohol) que luego dan paso a las ilegales (cannabis, cocaína, heroína, metanfetaminas e inhalables) que afectan el sistema nervioso central de la persona desde el primer momento que tiene contacto con alguna de ellas.
Y nada se ha hecho para disminuir el consumo de las sustancias adictivas legales que dan paso al mercado operado por la delincuencia organizada como es el de las drogas prohibidas, lo que hace que tiene consecuencias funestas para la sociedad como la guerra permanente por el mercado de estas sustancias que deriva en actos de violencia y miles de homicidios año con año.
La única manera de disminuir esa violencia homicida es arrebatando a los productores de estas sustancias el mercado de las drogas y eso solo se consigue con programas a largo plazo que incluyen una educación permanente sobre lo nocivo que resulta para el ser humano cualquier sustancia tóxico-estimulante legal o ilegal. Mientras el mercado esté presente, y peor aún por causas ajenas incremente su número, difícilmente llegaremos a una salida de este túnel en el que tenemos ya décadas metidos, y un buen intento es el que se está realizando en Guanajuato con el plan Islandés Planet Youth, en el que se involucran esfuerzos conjuntos entre sociedad, gobierno y especialistas para disminuir de entrada el consumo de sustancias legales nocivas para la salud como primer paso para evitar el consumo de las drogas ilegales.
Miguel Ángel Puértolas