La posición del gobierno de México respecto a la designación de los cárteles de la droga en nuestro país como terroristas ha sido enfática y consideran innecesaria la medida anunciada por Donald Trump. Recuerdo que al principio del actual gobierno, la política respecto a los inmigrantes, sobre todo los provenientes de Centro y Sudamérica, era de brazos abiertos incluso con programas de apoyo entre los que se encontraba hasta entregarles permisos de trabajo en nuestro país.
Bastó la amenaza del gobierno de Trump de incrementar los aranceles a productos mexicanos para que se revirtiera la tendencia y hasta se tuviera que cumplir con una cuota de repatriados por parte de las autoridades de migración mexicanas, adiós a las puertas abiertas a la migración indocumentada.
Hoy Donald Trump, por supuesto en campaña por un segundo período para la presidencia, vuelve a la carga y pretende designar a los cárteles mexicanos como terroristas, vuelve por temas que le den popularidad y esto viene de nuevo a ser una cuña en las políticas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
¿Será que de darse esta designación el discurso parsimonioso de acusar a los delincuentes con sus madrecitas, del fuchi, guácala, y de abrazos y no balazos se revertirá? Una señal inequívoca de ello sería la vuelta a la acción de la Marina Armada de México, única institución de seguridad que goza del 100 por ciento de confianza de las autoridades norteamericanas.
Veremos si de nuevo Donald Trump le vuelve a corregir la plana a su contraparte del sur, pues otro factor en juego es el T-MEC, que está en discusión y mete ruido a Canadá y Estados Unidos, tener a un socio donde operan grupos terroristas. Un pretexto más para patear el bote y no firmar, al menos hoy, el acuerdo.