La captura de José Antonio Yépez Ortiz cobra trascendencia al convertirse en el primer gran golpe en cuanto a detenciones se refiere de líderes de grupos criminales lejos, muy lejos del escándalo que en su momento fue el famoso culiacanazo en donde tras un operativo desordenado en el que imperó la confusión se terminó liberando a Ovidio Guzmán López, hijo del ex líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán.
No fue una ruta fácil, pues en marzo de 2019 con unos meses de iniciadas las actividades tanto del gobierno federal como del gobierno del estado se emprendió un operativo conjunto denominado “Golpe de Timón” en el que por primera vez se tomó el control de la comunidad de Santa Rosa de Lima en el municipio de Villagrán, Guanajuato, bastión de este grupo delictivo y cuna del que hasta hoy es el primer cártel nacido en el Bajío mexicano.
Después de esta acción comenzaron los dolores de cabeza, primero una violencia inusitada por la guerra entre Santa Rosa de Lima y el Cártel Jalisco Nueva Generación que terminó cobrando la vida de 4 mil personas, todas ellas en hechos directamente relacionados con el crimen organizado, pues esta cifra representa el 80 por ciento del total de víctimas de homicidio registradas entre marzo de 2019 y la fecha de la captura de El Marro.
Lugo se dieron cuando menos cuatro operativos más en los que el presunto delincuente logró huir, en todos ellos fueron detenidas personas del círculo cercano a Yépez Ortiz y la mayor parte de ellos fueron liberados por presuntas fallas en los procedimientos para su detención, el último previo a su captura fue el ocurrido en Celaya donde se detuvo a 26 personas entre ellos la mamá una hermana y una prima del Marro.
Tras este operativo al menos 40 personas fueron asesinadas, entre ellas 27 de un centro de atención a personas con adicciones, en la comunidad de Arandas en el municipio de Irapuato. En el inter hubo acusaciones y reclamos al final la razón imperó y el 15 de julio el gobierno federal y el gobierno del estado acordaron trabajar en conjunto para recuperar la paz en el estado.
Ahora se abre un nuevo frente pues con la detención de El Marro, técnicamente queda eliminado el grupo delictivo al no tener una estructura piramidal y basarse en una de jerarquía donde en teoría no hay sucesores para José Antonio Yépez, pero mantiene operaciones otros grupos que vendrían a tomar el control de los espacios que deje Santa Rosa de Lima, y ese es un tema que urgentemente tendrá que tratarse.
