Nos estamos enfrentando a un reto que podría rebasarnos y es que la capacidad del ser humano para delinquir es ilimitada y lo podemos ver hoy con el tema de la inteligencia artificial que empieza a ser usada para cometer delitos, pero nuestros códigos penales no están adaptados a esta circunstancia.
Si bien es cierto que el delito de extorsión está contemplado en la ley, no se consideran agravantes como el uso de de la inteligencia artificial para provocar daño a las víctimas, por ejemplo, del uso no permitido de imágenes que luego son llevadas a fines pornográficos para solicitar dinero a cambio de evitar su publicación en sitios de este tipo.
Y es que ya se sabe del uso de herramientas basadas en inteligencia artificial para crear desnudos a partir de imágenes y videos públicos para extorsionar a las personas, las imágenes son obtenidas de las redes sociales de las víctimas para luego manipularlas.
De hecho, recientemente el Buró Federal de Investigaciones (FBI) en los Estados Unidos alertó sobre el uso por parte de ciberdelincuentes de imágenes y videos públicos manipulados para campañas de sextorsión.
Advirtieron que han recibido varios reportes de víctimas que sufrieron la manipulación de videos e imágenes con las que crearon contenido falso lo suficientemente creíble como para hacer daño mediante la exhibición pública, lo más lamentable es que entre las denuncias también se registraron víctimas que son menores de edad.
Muchas de las víctimas no están al tanto de la existencia de estas imágenes falsas en las que se suplanta su identidad hasta que alguien les avisa porque las encontró de forma casual o porque son chantajeadas. Intentar que ese contenido desaparezca de Internet es una tarea muy compleja.
Hoy se torna como prioridad la necesidad de actualizar nuestras leyes para estar a la par de este tipo de acciones, lamentablemente al menos en lo que yo tengo conocimiento no hay una preocupación expresa respecto al daño que puede causarse con esta tecnología que bien podría ser contemplado como un agravante en la comisión de delitos por la ventaja dañina que da a los delincuentes.