El caso de Salvador Cienfuegos, sin duda, será un referente histórico de un posible caso de corrupción en donde los contubernios fueron evidentes. La acción de la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos en contra del ex secretario de la Defensa Nacional no fue un acto improvisado o sacado por debajo de la manga.
En el momento de su detención, misma que aparentemente no se informó a ninguno de los gobiernos por la desconfianza existente por parte de la agencia norteamericana no solo en las autoridades de México sino también del vecino país del norte.
Son más que claros los acuerdos entre el Presidente Trump y el Presidente López Obrador, no olvidemos que el primer y único país donde ha realizado una visita de estado es a la Unión Americana, y es claro que hubo una colaboración en la detención de importantes personajes, estratégicos para el gobierno de la 4T como el ex secretario de Seguridad, Genaro García Luna.
Las presiones del Ejército sobre el jefe del Ejecutivo Federal, fueron tajantes y consistentes para exigir la vuelta del Salvador Cienfuegos a México para ser procesado en nuestro país con el objetivo claro del que hoy somos testigos al pasar de las pruebas contundentes a la exoneración.
Otra muestra de que Trump fue el principal operador de este favor fueron los elogios constantes al Presidente mexicano, quien por cierto optó por el silencio al momento de conocer el triunfo del demócrata y no reconoció su victoria hasta mucho tiempo después en lo que pareciera un abierto apoyo implícito al mandatario saliente.
Hoy, Salvador Cienfuegos, el general de más alto rango en ser llevado a la justicia por sus presuntos vínculos con el crimen organizado gozará de la libertad luego que la Fiscalía General de la República determinara que las acusaciones en su contra por estar relacionado con el cártel de los Beltrán Leyva no tienen fundamento, desestimando las investigaciones realizadas por la DEA.
Supongo que Cienfuegos sabía qué futuro le esperaba en México mientras que la DEA, rechinaba los dientes al ver cómo con acuerdos del más alto nivel se les caía una de sus investigaciones más importantes.
Ni hablar.
