No logro entender cómo un hombre tan inteligente y astuto como Andrés Manuel López Obrador, se esté dejando seducir por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la famosa CNTE, y es que la sección 22 se caracteriza por ser enemiga de la educación pública de México, está compuesta por pseudo profesores, personajes quienes velan por sus intereses de grupo, pero no por las necesidades más urgentes y apremiantes de los niños más pobres de este país.
Dicha coordinadora, cuyos huestes se ubican en los estados más pobres del país, se empeñan por llevar agua a su molino, buscan mantener sus privilegios que han tenido durante los últimos años, pero no se preocupan por concluir ciclos escolares y, por preparar a los niños para mejorarles sus expectativas de vida a futuro, nacieron pobres y seguirán siendo pobres; tampoco se preocupan por su preparación, y si no, baste aplicarles un examen del grado escolar en el cual ofrecen clases para verificar el nivel académico tan bajo que ostentan. La sección 22 de la CNTE ha atentado durante muchos años contra la buena calidad educativa de los niños más pobres de México. Andrés Manuel es un hombre con un interés probado por México, comprometido con el país y por ello, tengo mis grandes dudas por saber qué intereses lo mueven para que sea un aliado de la CNTE, al grado de recibirlos en Palacio Nacional durante los primeros días de su gestión como presidente. La CNTE le hace daño al país, destruye edificios públicos, cierra carreteras, bloquea el Congreso de la Unión, y lo más grave, deja y ha dejado sin clases a los niños de Guerrero, Chiapas y Oaxaca por días, semanas, y meses enteros, le hace daño a la cuarta transformación, cuya bandera ideológica representa el cambio de este país.
