Toda persona que se interese por ocupar cualquier puesto público tiene que cumplir con dos requisitos indispensables: tener ética y estar preparada. La preparación se puede adquirir con experiencia y educación, la ética si no se tiene, no se puede conseguir.
Los recientes audios que han salido a la luz pública del diputado federal y presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Alejandro Moreno, muestran a un presunto delincuente que ha utilizado la política para su beneficio económico.
Estos audios son indicativos de una falta de honor, decencia, dignidad y de respeto a la gente que ha puesto su confianza en él y en el partido que representa. Este personaje, que tiene una doble responsabilidad, como presidente de partido y como diputado federal presidente de la Comisión de Gobernación y Población, no cumple ni como diputado ni como presidente de partido.
Dicho sea de paso, en el partido Morena, por estatutos, está prohibido que un dirigente partidista ocupe un puesto público. Es por lo que el presidente Mario Delgado Carrillo y la secretaria general, Citlalli Hernández Mora, tuvieron que solicitar licencia como diputado y como senadora, respectivamente, para poder ocupar sus puestos partidistas. Esto es lo correcto, pero en el PRI no existe esa prohibición estatutaria.
La descomposición de las últimas décadas, que desembocó en personajes políticos nefastos, superficiales, banales, sin sentimientos patrióticos, ni amor por México, se muestra con el perfil de “Alito”. El problema más grave radica en que no es el único, aún continúan en la política mexicana muchos perfiles que cumplen con estas características.
El movimiento social Morena, que empezó desde 2013 y se convirtió en movimiento/partido desde el 2015, logró generar una revolución de las conciencias, politizando al pueblo de México, creando una sociedad con mayor conciencia y blindada contra el discurso mentiroso de políticos frívolos. En solamente tres años logró lo nunca visto en el mundo, llegar al puesto de mayor responsabilidad política, la Presidencia de la República.
Políticos livianos, del calibre de Alejandro Moreno, ya no engañan con su discurso falso y barato. La diversidad de visiones políticas es necesaria en toda democracia del mundo, pero se necesita sustancia y siempre velar por la gente, por el interés nacional.
Si el PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano quieren sobrevivir, necesitan generar cuadros éticos, preparados y con gran patriotismo. En Morena siempre le entraremos al debate y llegaremos a acuerdos con la oposición sobre la mejor manera de atender los miles de problemas que aquejan a nuestro país, siempre y cuando sean políticos éticos que siempre tengan el interés nacional en mente, no el interés propio.
Lo que se ve actualmente en la mayoría de los políticos de oposición es vanidad y superficialidad, personas que solamente ven por sus intereses y los de su grupo cercano. Si siguen traicionando la confianza de la ciudadanía, seguirán perdiendo elecciones y van directito a la desaparición del mapa político.
Maestro Mauricio Cantú González
Diputado federal, catedrático de la UNAM y maestro en Seguridad Nacional, así como en Derecho
@CantuMauricio