La semana anterior le comentaba sobre el repunte de nuevos casos de covid-19. Va empujando el retroceso en el semáforo de riesgo epidemiológico y reactivación económica como consecuencia de la suma de negligencias y falta de disciplina.
Un estimable lector nos confía que en la dependencia federal donde trabaja “hay muchos casos (de covid) y los mismos jefes no han respetado las normas y así quieren que vaya la gente (a laborar).
“Aparte de eso ni respetan lo del semaforo, o sea se entiende que deben ir los trabajadores, ¿pero todos? ¿Y con todo y visitantes también?”, cuestiona.
Comparte que a ocho meses de iniciada la contingencia sanitaria, tan solo en su área ya se conoce de al menos tres casos de contagio; en uno de ellos una persona del entorno familiar del trabajador lamentablemente falleció.
Y al igual que en el gobierno, los trabajadores de la industria automotriz, orgullo del corredor industrial, se perciben en riesgo inminente, no sienten la protección de su sindicato.
Han visto que la presión para no ralentizar la economía ha hecho violentar protocolos de sanidad que establecen cómo algunos trabajadores vulnerables no deberían regresar a planta hasta que el semáforo se encuentre en color verde.
Pero eso es solo en el papel: “prácticamente el 90% de los vulnerables regresó a planta”, me comentan. “No sabemos por qué justo ahorita, si el contagiadero está a todo lo que da”, cuestionan.
A diferencia de ahí, la contraparte estadounidense de la armadora sí está tomando medidas firmes para proteger a sus obreros y eso impactaría en un paro técnico en Silao del 26 de noviembre al 4 de enero.
Mientras, acá, el virus ya cobró varias vidas: “no funcionó el protocolo para el regreso seguro. Cada uno de nosotros debemos cuidarnos, es responsabilidad de cada quien” nos dice uno de ellos, resignado.
Por favor: esta temporada cuídese... no baje la guardia.
Periodista de investigación. Ex servidor público de carrera