El lunes Notivox León abrió la semana –y estrenó su nuevo formato- dedicando su portada a la iniciativa que impulsa la Alianza por la Prosperidad, conformada por empresarios e instituciones educativas y organizaciones de la sociedad civil, quienes buscan fijar un piso mínimo de salario digno de 10 mil pesos mensuales, para generar mejores condiciones de bienestar para los trabajadores y sus familias.
Vale la pena todo esfuerzo que contribuya a cristalizar esa aspiración pues de concretarse sentaría las bases para un nuevo círculo virtuoso entre los leoneses: una puerta de entrada para una efectiva superación de la pobreza y en el largo plazo aspirar a condiciones que permitan una movilidad social.
Y es que según estimaciones del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), actualmente la línea de pobreza por ingresos en el entorno urbano es de alrededor de 4 mil 200 pesos per cápita. Si se toma en cuenta que el promedio actual de los hogares ronda los 4 integrantes, se tiene que, para que una familia leonesa tenga un nivel de vida que le permita afrontar sus necesidades de alimentación, salud y educación se requieren por lo menos alrededor de 17 mil pesos.
Por ello cobra relevancia el hecho de que exista una iniciativa de esta naturaleza para romper el círculo vicioso de la miseria. Si bien es cierto, aún se requerirían al menos dos ingresos por hogar y sin dejar de lado que para conformar un patrimonio familiar aún se estaría lejos, también lo es que bajo el actual estado de cosas aún son comunes salarios de entre 5 y 9 mil pesos que no son otra cosa más que perpetuadores de miseria, con el consiguiente deterioro del tejido social.
Un punto a favor de la región del Bajío lo es el hecho de que existe una constante demanda de mano de obra, lo que genera mayores oportunidades de empleabilidad que las que se encuentran en otros estados de la república.
Esperemos a conocer a detalle los alcances de esta Alianza que remará a contracorriente, pues otro ingrediente necesario es el crecimiento económico, pues de seguir en los mediocres niveles alcanzados, salir de la pobreza tomaría al sector más desprotegido de la sociedad más de 70 años.
Como sociedad no nos podemos dar el lujo de perder dos o tres generaciones más. A nivel macroeconómico no es viable, y a nivel microeconómico es indigno e inhumano, por decir lo menos.
Mario A. Arteaga*Periodista de investigación. Ex servidor público de carrera