Matsyasana, el Pez, es una de las posiciones clásicas de Hatha Yoga de extensión de columna hacia atrás, que sirve de contrapostura a Halasana, el Arado o Sarvangasana, la Vela, en tanto que ayuda a estirar la región cervical y dorsal, evitando contracturas en el cuello y llevando una mayor irrigación sanguínea a esa zona.
Dedicada a Matsya, el pez encarnación de Vishnu, preservador y sostén del universo, su origen mitológico se remite a “tiempos inmemoriables, donde Brahma, el dios creador, cayó en un profundo sueño, causando “pralaya”, un periodo de disolución cósmica. En el caos que se creó en el cosmos, un demonio llamado Hayagreeva robó los cuatro vedas que contenían la sabiduría sagrada del mundo. La lluvia comenzó entonces a caer y comenzaron las inundaciones. Ante ese desastre, Vishnu el preservador del universo, decidió aparecerse en la tierra como un avatar en forma de pez.
“Entonces Vishnu, avisó al rey Satyavrat de un diluvio inminente, igual al que relata la Biblia. El pez entonces lo transportó, junto con su familia y los siete grandes sabios en una nave, sujeta a un cuerno de su cabeza, salvando también los Vedas del diluvio”.
Una explicación más mundana del origen del nombre de esta asana, expone que, así como los peces limpian un estanque comiendo lo que ensucia el agua, de la misma manera esta asana logra purificar la sangre, limpiando con ello nuestro cuerpo.
Desde un punto de vista energético y espiritual, al practicar la postura del Pez se eleva el pecho, abriendo el chakra del corazón, y se dirige la energía vital a la zona del cuello y los hombros. Esta asana mejora la postura, además de expandir y ampliar la caja torácica y con ello la capacidad respiratoria, aunque toma algún tiempo lograr relajarse en la postura y respirar sin esfuerzo.
“Cuando realizamos Matsyasana, el pecho y el corazón están al descubierto. Son los puntos culminantes del cuerpo, semejante a la cima de una montaña pequeña. El que puede distenderse en esta postura, pese a la vulnerabilidad que presupone, manifiesta una fuerza: La fe y la confianza subyacente son inmediatamente accesibles a su experiencia”. Y como todas las flexiones hacia atrás, no debe practicarse por personas con problemas de vértebras o discos lumbares.
Marién Estrada
@marien_caminoa7