La semana pasada abordamos el tema del Apego como una de las fuentes fundamentales del sufrimiento. Hoy, continuando con el asunto, hablaremos de otra de las grandes causantes de nuestra miseria terrenal: La incapacidad de vivir en el presente.
Dentro de los Niyamas, o pautas de comportamiento para interactuar con el mundo exterior, que integran la segunda rama del Yoga, encontramos Isvara Pranidhana cuyo significado es rendirse o entregarse a Ísvara, Dios o el misterio. Como se explica en el portal almudenayogalife.com: “Desconocemos el resultado final de nuestras acciones independientemente de nuestros planes, esfuerzo o intenciones. Llega un momento en que hay que tener fe, soltando y confiando en que algo o alguien se ocupará de llevarlo a término”.
Hablando de la práctica de Yoga, el maestro BKS Iyengar explica cómo ésta puede terminar con el sufrimiento causado por la incapacidad de vivir con la conciencia, la mente y el cuerpo, en el aquí y ahora:
“El presente es el asana perfecta. Estar ahí en cada momento, sin esperar nada, siendo consciente de la respiración, sin forzar, con el corazón abierto y la mente tranquila y alerta. Si no hay equilibrio entre materia y espíritu, entre vida interior y vida exterior, entre personalidad y alma, no hay Yoga. Es necesario hallar la línea media de cada asana, de manera que la energía quede distribuida de forma adecuada. La ascensión vertical es el futuro; el descenso vertical es el pasado. La horizontalidad es el presente”.
Aquí te presentamos tres asanas de equilibrio que promueven la confianza y la capacidad de vivir en el presente:
La primera es Vrksasana, la conocida postura del Árbol, donde la pierna que queda estirada representa al tronco, el pie apoyado en el suelo simboliza las raíces que lo anclan a la tierra, mientras que los brazos hacen las veces de las ramas creciendo hacia el cielo.
Virabhadrasana III o el Guerrero III, crea estabilidad en todo el cuerpo. Esta postura también ayuda a mejorar la capacidad de concentración, manteniendo la mente en calma y enfocada.
Finalmente Bakasana, la postura de la Grulla representa la fuerza, la habilidad y el control. Practicarla aumenta la confianza en uno mismo reforzando la intención y desarrollando la perseverancia, la determinación, la valentía y la certeza de poder lograr levantarnos si caemos.
Marién Estrada