En la entrega pasada hablábamos sobre el cuarto Yama: la recomendación ética de evitar el exceso. Así que hoy, dándole continuidad, hablaremos sobre Aparigraha, es decir, el desapego.
De entrada, sumergiéndonos en el significado literal de la palabra, graha puede traducirse como “tomar, apoderarse o agarrar”, pari como “por todos lados” y el prefijo a se traduce como “no”. Así que el término puede leerse en español como “no aferramiento”.
El apego a menudo se asocia con lo material: apego a las posesiones y, naturalmente, a la vida física, pero las garras del apego llegan mucho más lejos, hasta hacer aferrarnos a nuestra identidad creada y a nuestros pensamientos sin los cuales sentimos que no somos nada.
El apego, entonces, habla de acaparamiento y codependencia a las expectativas de vida que tal vez fueron implantadas por el sistema familiar o social, a lo que un día decidimos que era lo bueno, pero que no nos detenemos a revisar si sigue siendo vigente; a los criterios anquilosados y fanáticos, donde todos los demás están equivocados y donde lo único que vale es mi visión hegemónica del mundo.

Como explica la yoguini Charlotte Vetter, el Ego construye nuestra identidad para sentirse seguro y puede mantenernos como su rehén: “El Ego piensa que somos nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestros pensamientos y sentimientos”, todas identificaciones externas, en realidad la luz de nuestro ser profundo es mucho más de lo que tenemos o pensamos y, eso sí, no cambia.
El apego, entonces, viene del miedo al cambio, a lo desconocido, que en realidad es el desconocimiento de que todo en el universo está en constante transformación, empezando por nuestro cuerpo que se regenera completamente a nivel celular, cada siete años.

La asana asociada a Aparigraha es Pasasana con Ganesha Mudra, la postura de la Soga. Al profundizar en la torsión exprime y deshazte de lo que no necesitas y agradece y ábrete a la abundancia que siempre está ahí para ti. Ganesha, una de las deidades-conciencias del panteón hinduista más importantes, ayuda a superar los obstáculos que nos bloquean para dejar ir lo que vamos acumulando y que nos mantiene fantasiosamente “seguros”, pero que en realidad nos paraliza e impide movernos hacia nuevos horizontes más acordes con lo que somos hoy y no con lo que fuimos ayer.
(Con información de theclassyoga.com, mettayogastudio.com y yoganidra.com.mx)