Al conmemorarse los 500 años de la evangelización cristiana en América, debemos recordar al religioso franciscano Fray Andrés de Olmos, cuya relevante figura se agiganta en todo el ámbito de México y Guatemala donde sus hechos, escritos e investigaciones son estudiados por los académicos de hoy, y los autores religiosos del virreinato tomaron como fuente para el conocimiento indígena antiguo.
Fray Andrés, poblador, evangelizador y benefactor de las huastecas y el Totonacapan, fundador de la Custodia franciscana del Salvador de Tampico, destacando Tamaholipa y Tampico, entre otras misiones y pueblos, merece ser recordado el día de hoy.
Llegó a la Nueva España en 1528, de 37 años, “de mediana estatura y buena complexión”, y permaneció en nuestra tierra hasta los 80 años de edad. Consultando con los antiguos caciques, formó un “Tratado de las Antigüedades Mexicanas”, del que aprovecharon Motolinia, Sahagún, Mendieta, Torquemada y Las Casas. Tratados en diversas lenguas, como la mexicana, totonaca y huasteca, así como obras de teatro, aunque muchos de estos escritos están perdidos.
Escribió al rey valientes cartas en defensa de los abusos contra los indígenas, y al regreso de Guatemala a México decidió visitar el Totonacapan y la Huasteca, evangelizando a sus tribus bárbaras y levantando un templo en Tampico (hoy Pueblo Viejo) de la orden de San Francisco, y la misión y pueblo de Tamaholipa. Predicó entre las tribus nómadas de Tamaulipas y San Luis Potosí, pacificando a tribus guerreras de chichimecas y fundando misiones.
Falleció en Tampico (antiguo) el 8 de octubre de 1571, habiendo predicado aquí por 43 años. Sus restos, trasladados de Pueblo Viejo a Tampico Alto, se encuentran en su iglesia parroquial.
Recordemos también en este mes de octubre al Pbro. Carlos González Salas, cronista de Tampico, Tamaulipas, su gran admirador y publicador de sus obras, impulsor de la investigación de nuestra historia regional, quien en este mes cumpliría 100 años de existencia, QEPD. _