Al dejar la Secretaría de Gobernación y con su regreso al Senado, Olga Sánchez Cordero se convirtió ayer en el alfil del presidente López Obrador para frenar los embates del líder de Morena en la Cámara Alta, Ricardo Monreal Ávila, quien permanecía inamovible en su hábitat natural, tras tres años de intenso quehacer legislativo.
Y es que después de confirmada la salida de la otrora ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el retorno al Senado de la República, los nervios del propio Monreal se crisparon al grado tal que fue capaz de emitir a través de su personal cuenta de twitter, que doña Olga era bien recibida una vez más en ese órgano colegiado.
No obstante que Sánchez Cordero andaba ya en boca de propios y extraños de que sería relevada en Gobernación a la brevedad, el anuncio causó revuelo luego de que en apariencia se retiraría a su domicilio particular a disfrutar de unas largas vacaciones.
Empero, tras hablar en privado en Palacio Nacional con el Jefe del Ejecutivo federal, Sánchez Cordero fue reasignada a la encomienda que inició hace tres años cuando se unió de manera oficial al selecto grupo de colaboradores del propio tabasqueño, para iniciar los trabajos parlamentarios de la llamada Cuarta Transformación.
En su regreso a la tribuna máxima del país, sin duda, la hoy ex titular de la Secretaría de Gobernación tendrá la encomienda de contrarrestar la fuerza política de Ricardo Monreal, hoy todavía presidente de la Junta de Coordinación Política del propio Senado, a pesar de que ha reiterado que se haría a un lado de la Jucopo si se lo pidieran sus correligionarios de Morena.
Lo que sí es un hecho es que, con la llegada de la multicitada Sánchez Cordero a la sede legislativa de Paseo de la Reforma, Monreal ya no tendrá “día de campo” como hasta hoy en dicho recinto, porque con la experiencia de la propia ex togada, el zacatecano tendrá enfrente a unos ojos avisores que le impedirán desarrollar tareas sin avales como había hasta hoy.
Es factible también que los movimientos diseñados por el líder parlamentario para enfilarse de frente en búsqueda de la candidatura a la Primera Magistratura del país, ya no serán tersos como ocurrió en los primeros tres años de la LXIV Legislatura que llega a su término el martes próximo.
A partir de hoy, el ex gobernador de Zacatecas tendrá que tejer más fino para engrandecer la red de aliados que ha consolidado a lo largo de su trayectoria política, y que le alcance para sus aspiraciones presidenciales al término de la administración lopezobradorista.
Por lo pronto, el retorno de Sánchez Cordero al Senado de la República tiene varias lecturas. La mayoría de buenos augurios para la propia doctora en Derecho que se convirtió, por méritos propios, en la primera mujer mexicana en ser nominada a la titularidad de Gobernación.
Lo que sí deberá pensar más a fondo de lo que enfrentará en el corto y mediano plazo Monreal Ávila, es que además de legislar en favor de las propuestas que enviará López Obrador a la Cámara de Senadores, Sánchez Cordero estará vigilante a ese accionar ahora ya no muy en paz del aspirante a la Presidencia de México.
Notas de Trascendencia
El nombramiento de Adán Augusto López, gobernador de Tabasco en sustitución de Olga Sánchez Cordero en la Secretaría de Gobernación fue tomado como un tanque de oxígeno para el hoy ex mandatario, quien ha enfrentado muchas controversias a partir de que asumió el poder en el edén.
Al ser nominado por el propio presidente de México a la Segob, lo hace de lado para que no siga desgastándose en la gubernatura tabasqueña, que no le había venido bien al propio Adán.
Marco Antonio García Granados