Entre acusaciones y bolas de humo, una caída nunca antes vista de más del 12 por ciento en el crecimiento económico, el conocido PIB (Producto Interno Bruto); más de 60 mil fallecidos por la pandemia del Covid-19 y el acecho del crimen organizado en todas las entidades el país, el presidente Andrés Manuel López Obrador emitirá a la ciudadanía el martes, su Segundo Informe de Gobierno.
Fiel a su peculiar estilo de hablar, en su alocución, será cuando el Jefe del Ejecutivo llevará “agua a su molino” con el objetivo primordial de demostrarle a los más de 130 millones de mexicanos que el sendero adoptado, es decir, su constante lucha contra la corrupción gubernamental, ha sido un éxito.
Lo que no festejará el presidente de la República, es que la formalidad para crear otras miles de fuentes de empleo que ofreció cuando tomó posesión como las que se perdieron en los últimos meses, debido a la pandemia del coronavirus y otros yerros cometidos, quedarán para mejor ocasión.
De igual forma, en su segundo mensaje a quienes deseen escucharlo, López Obrador no podrá dejar en claro que la serie de conflictos que ha desatado en torno a la exhibición de los corruptos y ladrones del pasado reciente, no ha sido la mejor estrategia para que los mexicanos crean a pie juntillas en el líder de la llamada cuarta transformación.
Y ante el linchamiento que ha propiciado y ejecutado en torno al caso Odebrecht y la venta de la planta Agro Nitrogenados, donde Lozoya Austin endosó facturas a su ex jefe Enrique Peña Nieto y a Luis Videgaray, entre otros, parecía que sus dichos exterminarían a los corruptos del pasado reciente, salieron a la luz pública videos donde el actor estelar fue su hermano, Pío López Obrador, en los que recibía varios millones de pesos y sufragar gastos del hoy presidente de México.
Empero, el tabasqueño confió y le apostó a todo en que la detención del ex director de Pemex en la administración de Enrique Peña Nieto, sería el acicate perfecto para exhibir a los socios y ex funcionarios ladrones como el propio Emilio Lozoya Austin, quien en la carpeta de investigación iniciada por la Fiscalía General de la República (FGR) plasmó como infante, sus miedos y temores para no irse solito a la cárcel.
Sin embargo, a partir de la llegada a México del hijo de Emilio Lozoya Thalmann, -secretario de Energía en el régimen de Carlos Salinas- luego de ser detenido en España, el panorama pareció ser el más favorable para el propio López Obrador, ya que cuando le sacaba todo el provecho y a sus anchas las supuestas declaraciones del junior ante la FGR que implicaba a los ex presidentes, Carlos Salinas, Felipe Calderón y Peña Nieto, todo se tornó sombrío.
El horno no está para bollos. Pese a que López Obrador, habla, acusa, reitera y se apoya para el exterminio de la corrupción y que fue el común denominador de anteriores gobiernos, durante su administración ha buscado encarcelar a los violadores del estado de derecho. Así sea.
Notas de Trascendencia,
El lunes próximo, Fonatur oficializará la entrega de la construcción del Tramo 5 del Tren Maya, a la estadounidense, BlackRock, que en supuesto, está asociada con otros consorcios mexicanos.
Y para lograr ese atractivo y multimillonario negocio para el emporio del vecino país del norte, han sido “factores decisivos”, Rogelio Jiménez Pons, director general y Raúl Bermúdez Arreola, director general y encargado de la delegación de la paraestatal en Quintana Roo, respectivamente.
Y ha sido el propio tabasqueño, Bermúdez Arreola, quien ha presionado a BlackRock y a Ingenieros Constructores Asociados (ICA), para insertar en la edificación de la vía férrea a sus empresas, con lo que obtendrá pingües ingresos. De ahí su gran y particular interés para que se otorgue de forma directa, sin concurso o licitación pública, dicha construcción.
La vía que correrá de Cancún a Tulum será para la financiera más importante del mundo y que apoya a bajos costos, los proyectos que lleva a cabo el actual gobierno federal.
