Dicen los expertos que ponerse a contar el dinero suele ser signo de que escasea.
A pesar que hoy día se tienen muchas herramientas financieras seguimos sin utilizarlas, no queremos sentirnos limitados por nada y nos falta la administración y contabilidad mental de nuestros ingresos y gastos.
No queremos estar sujetos a un plan de ahorro o a la austeridad cotidiana necesaria para lograr otras metas financieras.
1. Llevar la contabilidad mensualmente anotando lo más básico: nuestros ingresos y nuestras salidas de dinero. De esta forma podrás ver tu balance positivo o negativo.
2. Elabora una lista de tus gastos domésticos fijos (por lo general son los servicios, la renta o el pago del crédito hipotecario) y una de variables (por lo general son alimentación, reparaciones, mantenimientos, ropa, cuidado personal, entretenimiento, etc.)
3. Poner un monto fijo mensual de ahorro y respetarlo así tengamos que prescindir de algunos lujos.
4. Puedes hacer y dar seguimiento a un presupuesto en una hoja de cálculo, como Excel, o mediante un libro de cuentas en papel.
5. Con los ahorros vaya pagando deudas de consumo, como tarjetas de crédito y préstamos de nómina con intereses
6. Separa cinco minutos al día de tus actividades y analiza qué es lo que haces con tu dinero. Guarda los tickets y facturas de todo aquello que compres o pagues.
7. Observa y planea cada mes al terminar de registrar tus gastos, observa en qué y cómo gastaste tu dinero y determina para el mes próximo si alguna tarjeta está saturada, si conviene utilizar más efectivo.
8. Con un buen control podrás hacer comparaciones sobre lo que gastas cada mes o semana, viendo así cuándo gastas más y analizar en qué podrías reducir gastos
9. Lo que quiero que comprendas es que lo que te puede parecer garroso e innecesario al principio, después se convierte en una herramienta de mucha utilidad.
10. Revisa detalladamente cada mes tu estado de cuenta impreso o por internet, para verificar los depósitos, cargos, retiros, comisiones e intereses.
