Entre el ciudadano y el Estado se está produciendo un conflicto en torno a protocolos, conductas y hechos delictivos. Se está confundiendo de manera peligrosa la irrestricta aplicación de la ley con la violación a los derechos humanos. La impunidad se campea en el escenario del crimen organizado con la violación abierta y tolerada de las leyes que claramente especifican cuáles son las armas de uso exclusivo del Ejército.
Las imágenes de nuestros soldados siendo humillados, vejados y privados de su libertad por un grupo de delincuentes exigiendo con lujo de violencia que se les regresaran sus armas de alto poder recién decomisadas no es un acontecimiento que pasará desapercibido entre las filas castrenses, pese a discursos presidenciales y explicaciones estériles.
Nadie puede justificar los sucesos en el video que se hizo viral y que ha agraviado el espíritu de lo que significa ser militar en estos tiempos de la 4T. Mancillar el honor de nuestras fuerzas armadas, distinguidas por su lealtad al poder civil, en aras de salir al paso de un hecho que no solo las deshonra públicamente sino envía la señal de que en este nuevo régimen se negociará la ley con delincuentes, es audaz y muy volátil justo cuando se presume la Guardia Nacional cuya composición es mayormente de elementos de nuestras fuerzas armadas.
El nuevo cuerpo policiaco, pretendido como una gran policía preventiva, aún no define su esquema de operación y cuyos mandos deben palidecer al saberse indefensos y desprotegidos frente a las organizaciones criminales que portan licencia y tolerancia para desafiar cualquier autoridad utilizando al pueblo “bueno y sabio” para pisotear la ley.
Indudablemente México necesita una transformación y la atención puntual de muchos problemas que pasan por la esfera de corrupción y el debilitamiento de las instituciones para la procuración de justicia.
Pero solapar y permitir la impunidad disfrazada de derechos humanos contra nuestras fuerzas armadas es un delicado búmeran que terminará con los sueños de pacificación de esta 4T.
@GomezZalce
