Tiene 85 años, pero la energía de un joven de 25. Ayer se desvaneció cuando llegaba a Palacio Nacional para participar, en su calidad de presidente de la Cámara de Diputados, en la reunión del Consejo Nacional de Seguridad Pública. Poco después, reapareció en una silla de ruedas para cumplir con su trabajo en el encuentro. Por medio de redes sociales el diputado (o alguien de su equipo) dijo que su desvanecimiento era producto de dos intervenciones dentales que había recibido horas antes, pero “a fin de cumplir con mis compromisos como Presidente del Congreso tomé la determinación de acudir a la reunión con el Presidente”.
Por supuesto que me refiero a Porfirio Muñoz Ledo, político aguerrido, brillante y también polémico.
Con cinco partidos políticos en su currículum (PRI, PRD, PARM, PT y Morena), el mexiqueño más guanajuatense es un hombre de energía incansable, de pensamiento profundo, y de academia por los cuatro costados.
En lo personal lo he visto dos veces en acción. Es un orador impecable y un hombre intenso en sus convicciones. Siempre amable y algo ceremonioso, puede llegar a ser rudo si la ocasión lo amerita. En esas dos ocasiones me tocó verlo regañar a un joven académico durante una mesa de análisis político entre universitarios, pues consideraba que no había entendido bien una teoría en particular, y su punto de vista era equivocado; en otra ocasión le vi tratar como todo un caballero a una chica que se acercó a saludarlo antes de una reunión con periodistas, y a quien sentó a su lado en la cabecera del encuentro.
De otras personas he escuchado historia de cómo Muñoz Ledo sabe improvisar una clase de pocos minutos para estudiantes extranjeros en la escalinata de una universidad donde le encontraron, o cómo debatir con opositores a su causa con la capacidad de un verdadero esgrimista de la lengua.
Es Muñoz Ledo hombre de amor u odios, pero nunca alguien que deja indiferente.
Su salud se ha mermado por la edad. Su trato puede ser irrespetuoso en momentos. Ha protagonizado escándalos. Pero el político que alguna vez fue candidato a gobernador de Guanajuato invocando su “derecho de sangre”, es un hombre que, para bien o para mal, ha hecho historia en México.
twitter: @baezamanuel
