Ayer fui a la abarrotera y terminé haciendo malabares. Y no porque tenga habilidades circenses, sino porque salí del negocio cargando entre manos, brazos y pecho todo lo que había comprado.
Fue la mía una visita habitual al negocio de don Ramón. Compré cuatro piezas de pan birote, una bebida de naranja, tortillas, un té en enorme lata, y arroz a la jardinera ya preparado. Y como el negocio está en Zapopan, el tendero me explicó amablemente que no me podía dar una bolsa para cargar los productos, pues ya existe un reglamento que lo prohíbe.
Caminar media cuadra hacia mi carro no fue tanto problema, pero sí tuve que concentrarme para evitar que se me cayera cualquiera de las cosas que había comprado, lo cual finalmente logré. Puse todo sobre el cofre de mi vehículo, y mientras acomodaba las cosas en el asiento trasero, caí en cuenta que no me dieron una bolsa de asa o camiseta para cargar las cosas, pero que salvo el té en lata, todo lo demás estaba envuelto en plástico de diferente tipo. La bebida iba en envase de PET; las tortillas, envueltas en papel y dentro de una pequeña bolsa transparente; los panes en otra bolsa de plástico; y el arroz en un contenedor que también es de PET. A final de cuentas, llevaba plástico por todos lados.
No me quejo por la falta de una bolsa de asa. Al contrario, me parece correcto que se reduzca lo más posible el consumo de plásticos de un solo uso. Más bien pensé que el esfuerzo estatal y municipal de reducir el uso de plásticos puede quedar como una ilusión, si no se cambia la cultura de consumo en nuestro Jalisco, y en México entero.
En el caso de ayer, por ejemplo, debí haber previsto mi paso por la abarrotera para llevar una bolsa de tela para cargar las cosas del mandado. Incluso tal vez unas bolsas más pequeñas para separar los productos. Y un envase de vidrio para la bebida, que vale la pena señalar, no se vende más que en PET.
Tendría, tendré, que hacerme la costumbre de llevar en mi auto muchos envases, bolsas de tela, contenedores de plástico y refractarios de vidrio para hacer las compras. Y lo más importante: que los productos que compre no vengan en plástico desechable.
Será una batalla interna difícil. Y con muchas tentaciones enfrente.
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