A riesgo de parecer repetitivo, vuelvo a comentar en este espacio sobre las mediciones de felicidad. Lo hago porque desde ayer corre la versión de que el presidente Andrés Manuel López Obrador presentará en días un método para medir la felicidad en nuestro país.
Lo de medir la felicidad no es noticia ni en México, ni en el mundo. Escribí el 22 de mayo pasado que “el presidente Andrés Manuel López Obrador está harto de los indicadores económicos que miden crecimiento del Producto Interno Bruto, inflación y otros similares. Ya basta de ellos, ha dicho en diferentes formas y palabras, y anuncia que se encontrará la manera de medir otros indicadores importantes para la sociedad, como son el bienestar y, por qué no, la felicidad”.
Siguiendo el hilo de mi anterior texto, señalo que “en 1972 el mandatario de Bután, un país del sur de Asia y que colinda con la cordillera del Himalaya, decidió que era momento de medir la felicidad de su pueblo. El gobernante en cuestión es Jigme Singye Wangchuck, cuarto rey de Bután, quien gobernó entre 1972 y 2006, cuando su hijo le sucedió. Pues bien: el rey Jigme Singye Wangchuck también estaba harto de que se criticara la pobreza de su país (de religión budista, por cierto), y ordenó crear un sistema de medición llamado Índice de Felicidad Nacional Bruta, y que consta de 180 preguntas a los ciudadanos, las cuales buscan conocer nueve temas: Bienestar psicológico, uso del tiempo, vitalidad de la comunidad, cultura, salud, educación, diversidad medioambiental, nivel de vida y gobierno”. Hasta aquí lo de mi anterior escrito.
Pero no es Bután el único que mide la felicidad. Lo hace también la ONU, año con año, desde 2012. En su estudio correspondiente a 2019, la ONU colocó a México en el sitio 24 de un total de 153 países. El más feliz de 2019 resultó ser Finlandia, con un total de siete mil 809 puntos que arrojó una compleja serie de mediciones de factores económicos y de calidad de vida. El último lugar es Afganistán, con apenas dos mil 567 puntos. El puntaje mexicano fue de seis mil 465, sólo abajo de Francia.
Me parece bien que se mida la felicidad. Y también que se mida la economía con el modelo neoliberal. Lo importante es conocer los resultados y ver si se pueden comparar.
Twitter: @baezamanuel