No hay lugar a duda. Ninguna duda. La mano derecha de David Monreal, candidato a gobernador de Zacatecas, tocó el trasero de una mujer que lo acompañaba durante un acto de campaña, y que no se esperaba dicho trato, pues se nota que ella, de manera instintiva, movió sus manos para intentar protegerse, aunque ya era demasiado tarde.
Todo quedó grabado en video. Por más que Monreal dijera ante medios de comunicación, como sonsonete, que todo era mentira (mentira... mentira... mentira..., repitió el candidato en televisión), la evidencia es irrefutable. Porque es claro que la mano fue al trasero de la mujer de manera deliberada. Los dedos de Monreal incluso se juntaron al momento del tocamiento. No fue que su brazo desmayara y accidentalmente rozara a la agraviada, candidata a presidenta municipal de Juchipila. No. Fue un tocamiento con toda la intención. Punto.
Mucho se ha dicho sobre el tema. Se ha criticado con razón la actitud del político (tanto en su acción, como en la negación del hecho), y se ha bromeado incluso en redes sociales con memes y chascarrillos. Pero no se ha discutido el fondo del asunto: que existan muchos, muchísimos hombres, que tienen como costumbre manosear a las mujeres, y no les pasa nada.
En lo personal pienso que es un tema de educación. O más bien, de falta de educación. Me resulta increíble que ocurran situaciones así. Por un lado porque se permite y hasta festeja (o festejaba) que un hombre meta mano donde no debe. Es una muestra de un machismo salvaje. Y por la otra, porque hasta hace cierto tiempo terminaba uno por pendejear a la agredida, por descuidada o confiada. Total, que al final siempre el hombre gana, y la mujer pierde.
Tomará mucho tiempo, mucho esfuerzo, y muchas discusiones erradicar el abuso de hombres a las mujeres. Costará mucho trabajo porque no entendemos los hombres la realidad de lo que está pasando. Y me apunto porque si bien no acostumbro andar sobando o tocando mujeres, seguramente he hecho o dicho cosas indebidas contra ellas una o varias veces.
Dicen que parte de la curación consiste en querer sanar, pero hay quienes se resisten a ello. Por eso no avanzamos. Como ocurrió en Zacatecas.
Manuel Baeza
Twitter: @baezamanuel