
México debe sumarse a la actual discusión internacional sobre el combate a la desigualdad a través de la tributación de las personas ultra ricas. A quien corresponde hacerlo es a Rogelio Ramírez de la O.
El Secretario de Hacienda ha tenido agenda llena desde el anuncio de su ratificación en el entrante gobierno de la Presidenta electa Claudia Sheinbaum. Inmediatamente se comunicó con inversionistas y analistas, pero hay un sector a quien le debe cita: sus pares en América Latina.
La Plataforma Regional de Cooperación Tributaria para América Latina y el Caribe (PTLAC) es un espacio —fundado el año pasado— en el que Secretarios de Hacienda y de Economía discuten y acuerdan ideas de políticas fiscales regionales para cerrar brechas. Hasta el momento participan ahí Colombia, Brasil, Chile, República Dominicana, Perú, Paraguay, Ecuador y Bolivia.
Este grupo ha expresado su respaldo a la agenda de Brasil como presidente del G20 y México se ha perdido —hasta ahora— de la oportunidad histórica de participar. Sin embargo y afortunadamente todavía estamos a tiempo: el próximo 25 de junio, el economista francés Gabriel Zucman presentará a detalle un informe encargado por el gobierno de Lula que propone que globalmente se aplique un impuesto mínimo anual a los ultra ricos (las personas que poseen al menos mil millones de dólares) equivalente al 2% de su riqueza. Oxfam estima que actualmente pagan entre el 0 y 0.05%.
México, a través del transexenal Secretario de Hacienda, debe respaldar la propuesta del 25 de junio y después en los días 18 y 19 de noviembre durante la Cumbre Mundial del G20 en Brasil. Razones nos sobran: México tiene una de las recaudaciones de impuestos más bajas de la región, es uno de los países más desiguales del mundo, hay 14 ultra ricos en el país y, según lo documentado por Oxfam México, sólo uno de ellos concentra tanto dinero como la mitad más pobre de la población, es decir 63 millones de personas. Además, la siguiente Presidenta prometió reducir el déficit presupuestario al mismo tiempo que ampliará los programas sociales y las becas sin eliminar subsidios o aumentar tarifas. Para lograrlo se necesita una mejor, más efectiva y más justa recaudación.
Más justa significa cambiar el esquema. El economista Carlos Brown lo explica con peras y manzanas: el 50% de la recaudación en América Latina viene de impuestos al consumo (IVA e IEPS en México). En un parafraseo a Brown: Carlos Slim y la persona más pobre del país pagan lo mismo por comprar un litro de leche en la tiendita, aunque para uno sea un grano de arena en su fortuna y para otra sea la mitad de su ingreso del día. Mientras que los impuestos a la propiedad significan sólo el 3.6% de la recaudación total y el ISR (el impuesto que pagamos como personas físicas y morales por proveer un bien o servicio), un 26% del total.
En México, el ISR ya es progresivo (es decir, se cobra más conforme crecen los ingresos) pero la progresividad pone en la misma canasta a quien gana más de 375 mil pesos al mes y a quien gana 600 millones de dólares en el mismo periodo. Esto pone en ventaja constante a las personas más ricas, que además son las principales benefactoras de las condonaciones de impuestos y, en ocasiones, utilizan despachos fiscales, legales y contables para eludir su justo tributo.
No hay mejor herramienta para implementar un proyecto de nación y cumplir las promesas de campaña que tener recursos suficientes para lograrlo. Aquí hay una oportunidad global y regional que se puede aprovechar. Significaría además un guiño a los países latinoamericanos. Claro que es importante dar tranquilidad a los mercados pero lo es más, y especialmente para un gobierno de izquierda, dársela a la población.
MAPA DE PODER
¿Cómo funcionan los impuestos federales en México?
-El IVA es el impuesto que se cobra por consumir bienes y servicios. Lo pagamos por igual todas las personas cuando adquirimos algo.
-También hay IEPS (a la comercialización e importación de algunos productos) e ISAN (para la compra y venta de autos nuevos)
-EL ISR es el impuesto que tenemos que pagar -como personas físicas y morales- por proveer un servicio, como ser empleado o trabajar por honorarios.
¿Dónde está la falla?
-Todos pagamos impuestos, particularmente el IVA, así ganemos 1 peso o mil millones.
-Quienes trabajamos con contrato laboral o tenemos una empresa pagamos ISR. Sin embargo, alguien que gana 15 mil pesos pagará el 21% de ese ingreso como impuesto. Mientras que gracias a trucos legales las más grandes empresas terminan pagando sólo entre el 1 y 8%.
Los super ricos y sus empresas tienen mecanismos -muchas veces legales- para truquear sus cuentas y no pagar lo que les corresponde (desde beneficios fiscales, pasando por préstamos, hasta paraísos fiscales o cuentas en el extranjero donde el régimen les conviene más).
¿Qué dice la propuesta de Zucman?
Que las personas que tengan más de mil millones de dólares paguen anualmente en impuestos el equivalente al 2% de su riqueza. Todavía deben establecerse criterios como exactamente qué conforma ese patrimonio y vía qué mecanismo debe hacerse el pago. Debe hacerse de manera homologada en la región para que a nadie le convenga más vivir o mover su fortuna a otro lugar.
¿De quién depende?
De los países del G20, sus Secretarios o Ministros de Hacienda.
En el caso de México el Congreso de la Unión (hoy con Plan C) podría implementar una reforma fiscal que lo establezca.