Se termina la gestión de los alcaldes en Coahuila, por lo que en La Laguna se van la panista Patricia Grado, quien gobernara San Pedro.
En Matamoros dejará la presidencia municipal el morenista Horacio Piña, mientras que en Viesca la que dejará el cargo es la priísta Nadia Jaramillo, mientras que en Francisco I. Madero el doctor Jonathan Avalos, de Morena, ganó la elección y se reeligió.
Jorge Zermeño Infante se encuentra a unos cuantos días de cerrar su círculo, de terminar su gestión al frente de la presidencia municipal de Torreón y solamente se espera que el día 14 del presente mes presente su último informe.
Zermeño Infante es el único de los alcaldes laguneros que medio se salva, ya que a lo largo de cuatro años se notó su mano, buscó por todos lados darle solución a los problemas de los torreonenses.
El peor evaluado hasta el momento es Horacio Piña, el presidente municipal de Matamoros, quien habrá de dejar el cargo sin pena ni gloria, además, heredará a su sucesor un municipio lleno de deudas.
Horacio Piña se caracterizó por la falta de obras en el municipio, además, por contar con la peor policía en la región, de tener verdaderos asaltantes uniformados, además de funcionarios que trabajaron para ellos y no en beneficio de los ciudadanos.
En Viesca, Nadia Jaramillo fue mucho rollo en un principio, por lo que en un momento determinado los ciudadanos llegaron a pensar que tendría una buena administración, que se preocuparía por la falta de agua en diferentes comunidades ejidales.
Además, no logró que la cabecera municipal tuviera un hospital digno, que contara con ambulancias, equipo médico que atendiera a los pobladores en el lugar, para evitar que cualquier enfermo o herido, tuviera que ser trasladado a Matamoros o Torreón.
En San Pedro, la doctora Patricia Grado, de quien se esperaba mucho, como alcaldesa tampoco logró realizar obras de beneficio para la cabecera municipal y sus ejidos.
El problema de los colectores continúa, los drenajes colapsados siguen apareciendo y llevar agua a las viviendas, es algo que no pudo lograr.
En Francisco I. Madero, Jonathan Avalos, en lugar de hacer obras se dedicó a promocionarse, lo cual le valió para repetir en el cargo.
Se van los alcaldes, unos sin pena ni gloria.
