Mientras que las autoridades siguen pidiendo a los duranguenses y coahuilenses que no bajen la guardia, que sigan con las medidas sanitarias implementadas, que guarden la sana distancia, que usen los cubre bocas, que se laven o desinfecten, sin importar que se hayan descubierto vacunas contra el covid-19, en los municipios de la región lagunera parece que no existe el coronavirus, ya que muchos ciudadanos siguen haciendo sus vidas en forma normal, mientras que aquellos que soportaron la cuarentena y cerraron sus negocios, al ver que no se respetan los protocolos establecidos, también han vuelto a abrir sus negocios.
Miguel Riquelme Solís, gobernador de Coahuila, pide a los ciudadanos que sigan los protocolos, que la entidad se está recuperando, mientras que José Rosas Aispuro, mandatario de Durango, ha dicho que seguirá trabajando para evitar que los duranguenses se sigan contagiando, mientras que muchos de los habitantes de ambos estados continúan retando al virus, siguen jugando con la muerte y poniendo en peligro a muchas personas.
Se pueden ver muchos comercios abiertos y sin que se respeten los protocolos, pero como dijo un funcionario, no se puede poner a un policía detrás de cada ciudadano para que los vigile.
En los llamados mercaditos, pulgas, tianguis, fayucas, se vive el claro ejemplo de lo que sucede en toda la región, ya que de los que asisten a realizar sus compras, lo hacen sin llevar cubre bocas, sin guardar la sana distancia, mientras que algunos puesteros también están en la misma postura.
En las colonias, muchos niños andan en las calles, sin pensar en que se pueden contagiar y al ser asintomáticos, infectar a las personas adultas. Algunos jóvenes se siguen reuniendo y como se sienten inmunes, realizan fiestas, carnes asadas y además, se avientan sus "cascaritas" de futbol en las calles, sin pensar en aquellos que están día y noche trabajando en los diferentes hospitales, sin pensar en todos esos médicos que arriesgan sus vidas por salvar las de otros.
El tiempo pasa, llegó la nueva normalidad para algunos, mientras que para otros, simplemente la vida sigue su curso.
