Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México, dijo en una gira por el estado de Baja California, que se viene una regularización de autos de los llamados "chocolates".
Habló mucho de los vehículos de procedencia extranjera que circulan en las ciudades fronterizas, por lo que se hace necesario que estos autos y camionetas ya tengan sus documentos.
Pero en sus declaraciones, el mismo Mandatario de la Nación dejó en duda si solamente será la regularización de autos que circulan en la frontera con Estados Unidos, por lo que los dirigentes de los organismos terminados en "pafas" no pueden cantar victoria, como tampoco alzar las campanas al vuelo.
El mismo Presidente de México no dio fecha para iniciar la regularización, por lo que se puede decir que todo está en "stand by", que habrá una tensa espera, ya que todavía le falta cabildear con el sector automotriz, el cual con esta decisión se vería perjudicado.
De antemano, se sabe que una regularización aunque sea en las diferentes fronteras, ayudará a que muchas familias puedan adquirir un vehículo a un costo más bajo, ya que pensar en comprar un auto nuevo o usado, es impensable.
En todo el territorio nacional hay circulando miles de vehículos de los llamados "chuecos", algunos amparados en organizaciones que por años han buscado su regularización, pero que el pertenecer a las mismas, pareciera que los protege de los decomisos por parte de las autoridades hacendarias.
El primer paso ya lo dio el Ejecutivo de la Nación, ahora solamente falta saber si la regularización se llevará a cabo en todo el país, lo cual representaría un beneficio para la población más necesitada.
Pero por otro lado, sabe el mismo Presidente que en tiempo de pandemia, luego de un año con bajas ventas, de aprobar la regularización les habrá de dar un duro golpe a los empresarios, a quienes se dedican a la venta de autos nuevos y seminuevos.
Sabe que estas personas la sufrieron durante el 2020 y parte del presente año, por lo que sus ventas en lugar de incrementarse, con la regularización se habrán de venir abajo.
No cabe duda que con nadie se queda bien, ya que mientras unos pueden obtener vehículos usados a bajos precios, otros ya no tendrán ventas en sus agencias de automóviles.