Esto de los contagios por covid-19 parece que no tiene para cuando terminar y siguen pasando los días con decesos y personas infectadas.
Los médicos ya están cansados, personal de los diferentes nosocomios, esos que están en la primera línea para combatir al coronavirus han resultado contagiados y se ve que esto no tiene para cuando terminar. Cómo estará la situación en el estado de Coahuila que hasta el gobernador Miguel Riquelme Solís decidió bajarle a sus actividades, dedicándose solamente a darle seguimiento a los Subcomités de Salud Covid-19 en la entidad, para que le informen cómo van los contagios y si tiene que regresar a los coahuilenses al confinamiento, lo hará.
Es increíble que sea Torreón el municipio que más infectados presenta, el que más defunciones tiene y es que esta es la tierra en donde no pasa nada, en donde solamente se pide a los ciudadanos a no relajar las medidas sanitarias.
En Gómez Palacio, todo indica que la alcaldesa Marina Vitela tiene una preocupación real por los contagios en su municipio, a tal grado de decir que habrá detenciones de aquellos que no respeten las medidas sanitarias, a aquellos que no usen el cubre bocas y no guarden la sana distancia, los cuales como castigo tendrán que hacer trabajos comunitarios.
Los eventos que se viven en la región lagunera, como lo fue el de los festejos a San Judas Tadeo o el de halloween, los habitantes parecen disfrutarlos sin pensar en las consecuencias.
Se dijo que no se hicieran reliquias, que no se contrataran a los matachines y eso fue lo primero que hicieron, ya que por donde quiera hubo reliquias y los asistentes a las mismas no respetaron la sana distancia, además no portaban el tapa bocas, mientras que los danzantes seguían con sus rutinas al ritmo de la tambora.
Los laguneros parece que todavía no entienden el peligro que representa el covid-19, que no ven más allá de sus ojos y no se dan cuenta de lo que se vive en los hospitales.
Antes se escuchaba de que había alguna persona en tal colonia que se había contagiado y ahora lo que se oye o se vive, es que un familiar, un amigo o un vecino se encuentra hospitalizado o hasta intubado.
Ojalá que ya se tomen medidas más drásticas o esto nunca parará.
