Ciencia y Salud

Supuestos negativos y predicciones catastróficas

  • Para Reflexionar
  • Supuestos negativos y predicciones catastróficas
  • Luis Rey Delgado García

En alguno de estos días, conversando con un amigo, me contaba que estaba sorprendido porque no podía contactar con un familiar suyo, con el cual tiene más o menos un trato cotidiano pero que no radica en la ciudad, comenzó a explicarme que lo más probable es que no quisiera ponerse al teléfono por alguna razón, o que le hubiera pasado algo malo, etc. 

Es decir una suerte de pensamientos nefastos.

Le pregunté la razón de pensar en cosas dramáticas y si tal vez estaba muy ocupado o sencillamente deseaba aislarse una temporada sin que eso significase ruptura u olvido. 

Mi amigo insistía en que eso no era posible, algo andaba mal. 

Ciertamente tenemos a veces la tendencia de pensar en el lado malo de las cosas, de adivinar las “malas intenciones” de los demás, o sencillamente esperar “lo peor”.

Supongo que esto nos ha pasado a todos alguna vez, seguramente hemos vivenciado esto ante situaciones importantes en nuestra vida. 

En las relaciones familiares, de amistad o de cualquier índole. Pensamientos de sospecha que nos han empujado a sencillamente “pensar mal” de alguien “a priori” o a experimentar incluso desasosiegos emocionales intensos ante pensamientos catastróficos que son puros supuestos o interpretaciones desde el lado malo u obscuro.

¿Qué es lo que nos empuja, a pensar lo peor? ¿El miedo? ¿Cómo es que, en situaciones inusuales, optamos por pensar en lo malo? 

No creo que aquel conocido refrán de “Piensa mal y acertarás”, se haya corroborado tanto en nuestras vidas, en la mayoría de situaciones en las que nos ha asaltado la duda y después de debatirnos en un montón de imaginarias situaciones, siempre fatalistas, han devenido finalmente en una lógica, natural, totalmente clara explicación y en definitivo con buena resolución

Probablemente anticipamos lo negativo en un intento de evitarnos sufrir con lo real y entonces lo que hacemos es sufrir “por adelantado”. 

Hacemos algo así como para que “no nos tome por sorpresa” anticipamos el sufrimiento, creyendo que la frustración es más dolorosa por inesperada.

Si en lugar de anticipar un acontecimiento, bien sea bueno o malo, silenciáramos nuestra mente poniendo freno a nuestra imaginación y esperásemos a que éstos nos muestren la realidad, sabiendo que en el caso de que ésta fuese adversa, por lo menos, nos habremos ahorrado uno de los dos sufrimientos, además viviríamos la experiencia como única, como lo que es, sin la distorsión que causa la influencia de la imaginación, de las suposiciones o creencias fatalistas.

Ubicarse en el presente nos brinda la oportunidad de afrontar cada experiencia, cada nueva situación, sin el filtro de lo experimentado en el pasado que probablemente nos incitaría a reaccionar de la misma manera conocida, impidiendo afrontar cada nuevo reto con recursos nacidos de nuestro continuo desarrollo personal.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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