Difícilmente mejorará el Santos. Argumentos hay de sobra y la afición los tiene muy claros (empezando por la defensa).
Desde el partido contra Juárez, en la jornada 6, el Santos tuvo el primer asomo de inferioridad.
Ahí el Santos mostró varias fisuras que, a día de hoy, ya son grietas por donde todo se filtra.
Luego empató en San Luis con mal sabor de boca. Ese partido se pudo ganar, pero Fentanes echó para atrás al equipo.
Lo que vino después fue arrastrar el prestigio en el TSM con la vapuleada que Toluca les propinó.
A partir de ahí, la afición pidió a gritos cambios, una sacudida, un golpe de efecto, algo que cimbrara las estructuras para que la situación adquiriera otro rumbo.
Pero no, se pidió paciencia y confiar en el trabajo de todos: jugadores, cuerpo técnico, etc.
Lo malo (sí, malo) es que vino después un Puebla débil al TSM y se le ganó. Repito: malo. ¿Por qué malo? Pues porque eso dio oxígeno para que las cosas medio se calmaran.
Es decir: si desde la humillación ante Toluca la afición ya exigía cambios drásticos, la victoria ante Puebla volvió a apaciguar las aguas; fue oxígeno para quien ya no lo merecía.
¿Qué sucedió después? Visita al Guadalajara y una nueva derrota: se volvió a lo mismo.
Otra vez para atrás, otra vez alarmas, otra vez la afición enfurecida.
Pero el mensaje desde adentro fue que había que confiar otra vez. Y vino otro rival débil: Xolos de Tijuana.
Y sí, como era de esperarse, el Santos ganó ante ese intento de rival. Otra vez oxígeno para quien ya no lo merecía. Y de nuevo al círculo vicioso...
¿Qué pasó después? Lo del Domingo: otra humillación, otra goleada, otra vapuleada estructurada por un León que, cuando se pone serio, juega al 100.
Al Santos se le atraganta el Nou Camp de manera grotesca. Pero lo más serio es la nula capacidad que el Santos mostró en la cancha.
Aunque digamos y reconozcamos que la actitud, incluso cuando se quedó con uno menos, fue valiente: daba lo mismo que el León les metiera 5 o 6, pero el equipo (con un 4 – 4 – 1) fue para adelante.
El problema fue que sin claridad, sin idea, solamente a lo atrevido, a lo loco.
¿Saben qué sigue? Visitar a otro débil: al Necaxa, donde el Santos espera obtener otro poquito de oxígeno para, si es que no pierde, regresar confiados al TSM para recibir al poten