Inicio con derrota; no hay una segunda oportunidad para la primera impresión.
El Santos, una vez más, no logró construir futbol, no logró mostrar algo interesante (salvo pequeños chispazos) en su primer partido.
Chivas fue mejor, pero lo que se pudo notar de manera muy punzante fue que el Santos es un equipo que está empezando de cero, que apenas comienza a tomar forma y que, dado su plantel, no es capaz de alcanzar un nivel de juego destacado.
Lo que vimos el sábado fue el mismo Santos del torneo pasado. No podemos destacar aspectos mínimos de juego, que los hubo, pero eso no es lo que nos han venido prometiendo en las últimas semanas.
Nos han prometido una reinvención del club en prácticamente todos los sentidos.
El sábado vimos una radiografía que ya hemos visto durante muchos partidos en los últimos años.
Y eso es lo que escuece en la piel y en el alma: no vimos nada nuevo, vimos lo mismo, en cuanto a futbol se refiere.
Porque sí hay nombres nuevos, pero el resultado que generan es el mismo: muy poco futbol y un resultado adverso.
En su conferencia de prensa, tras finalizar el partido, Ortiz dejó claro que aún pueden llegar refuerzos, que es un tema que ya se trató con la directiva.
Lamentablemente se había generado una expectativa muy grande por los refuerzos que podrían haber llegado de la mano de Ortiz, pero al final todo se derrumbó y el santista se quedó con la miel en los labios.
Tienen nombres: Richard Sánchez y Diego Valdés.
Ambos sonaron con mucha fuerza y provocaron que el aficionado se montara en el ideal de que con Aleco Irarragorri habría buena inversión, que con Ortiz se abriría el grifo de los dólares y la alegría no tardaría mucho en regresar a la Laguna.
El Santos está sustentado en un proyecto muy sencillo de entender: la esperanza y el optimismo.
Pero eso es algo emocional, sentimental, no palpable.
En sus redes sociales, en club Santos publicó un lindo video emotivo, donde el principal protagonista es el aficionado: se le invita a que no se rinda, a que se haga sentir, a que no abandone.
Yo lo sentí como curarse en salud, como dándole a entender la afición que la cosa no dará para más y que necesitan, les urge, el apoyo incondicional del jugador número 12. Y sí, no les queda de otra más que encomendarse a su afición.
Se viene otra visita contra el siempre complicado Pachuca, pero que no está en su mejor versión.
Después, tocará la presentación del Santos en su campo y ante su afición en el Estadio Corona, para recibir al tricampeón América.
Ese día habrá lleno garantizado, pero de americanistas invadiendo el TSM.