El Santos está comenzando a despertar. Lo triste es que ya parece muy tarde para ello.
Con la inmensa carga que el equipo tiene sobre sus espaldas, solamente una larga cadena de victorias podría lograr que el equipo se metiera a una hipotética liguilla. Sí, pero lograr eso hoy parece imposible.
El Santos va mejorando poquito a poquito con respecto a sí mismo.
Ya no se trata, dado el contexto, de ser mejor que los demás. No, se trata de ser mejor sobre sí mismo, que tampoco es nada sencillo.
Y dentro de tanto fango ha aparecido Barticciotto, un delantero con potencia que, guardada la inmensa proporción, tiene un poco de Matías Vuoso: aguerrido, con carácter, enjundioso y con buenas ideas en su cabeza.
Me han sorprendido los comentarios que aparecen en las redes sociales del nuevo refuerzo del Santos, al cual la afición ha adoptado de inmediato como un hombre que trae esperanza y que, con su buen accionar, le ha sacado algunas sonrisas a la ya tan dolida y maltratada afición del Santos.
La afición lo está empezando a cobijar.
Bien por él. Pero más me sorprendieron, de buena manera, los comentarios de los aficionados de su ex equipo, Talleres de Córdoba.
Donde lamentan mucho su salida y le inundan sus publicaciones con mensajes de lamento porque se fue. Le dicen “animal”, en el buen sentido de la palabra.
Si ese es el apodo que tenía allá, es por algo. Se nota que en Talleres lo extrañan mucho y que, por su esfuerzo y compromiso demostrado en Argentina, dejó muy buenas sensaciones.
Pues bien, el Santos también está dejando algunas buenas sensaciones. Ante Mazatlán, los de Ortiz se volvieron a fajar y se pudieron ver más sueltos, menos preocupados y más concentrados en tratar de hacer futbol.
Ya no se vio el equipo tan replegado ni tan desorientado.
Digamos que la brújula ya se está ajustando. Lo que está sucediendo con el Santos, en sus últimos dos partidos, es un claro ejemplo de que todo tiene solución y tarde o temprano las cosas mejoran.
Siempre, siempre, las cosas van a empeorar antes de mejorar.
Y el Santos, siento, ya pasó por lo peor; ahora debe venir la mejoría. No sé si significativa, pero mejoría al fin y al cabo.
Mención aparte merece Carlos Acevedo, el mejor portero de la Liga, le pese a quien le pese.
Sí, es el más goleado, pero la causa de ello es por su pésima defensa, que no le ayuda en nada. Basta con ver el número de grandes atajadas que Acevedo lleva a lo largo del torneo.
Si no fuera por él, el Santos terminaría goleado en cada partido. El apodo de “Richard Tex Tex” le va de maravilla.