Exclusivamente en el terreno futbolístico: poca idea, pero cuando lograba generarla, no había la capacidad para ejecutarla.
Mucho toque y nulas aproximaciones. Futbolistas que muestran compromiso, pero que no gozan de grandes capacidades.
Un equipo que trata de hacer las cosas bien, pero casi todas le salen mal.
Un equipo que siempre sale con la idea y la intención de ganar, pero casi siempre pierde o empata.
Un entrenador muy atado de manos, que no puede hacer milagros ni magia con lo que tiene, pero que por actitud y compromiso jamás se podrá poner en tela de juicio su profesionalismo.
Vimos a un equipo que denota que la pretemporada no sirvió de mucho, pues vimos el fiel reflejo de la campaña anterior; una especie de déjá vu (una de esas experiencias que se sienten como si ya la hubiéramos vivido con anterioridad).
Y nada más alejado de la realidad.
El Santos, como ya todos sabemos y nos ha quedado claro (aunque haya quienes aún sueñen conque las cosas volverán a ser como en el pasado) que este es el nuevo Santos:
un equipo de media tabla para abajo que aspira a poder arañar un Play-in, o un repechaje, o algún panzazo, sea cual sea el sistema de acceso a una hipotética liguilla.
Porque ya pensar en acceder directo a la liguilla es un razonamiento ilógico. No se puede pedir mucho de algo que solamente tiene la capacidad de dar poco.
No se le puede pedir al desierto que genere agua. No se le puede pedir al agua que se convierta en arena.
No se le puede pedir a un cachorro que sea una fiera. No se le puede pedir a un santo que sea un demonio, y viceversa.
No se le puede pedir a un auto de gama media o baja que sea un auto de lujo.
No se le puede pedir a un equipo de mediano y bajo nivel que sea un equipo de primerísimo nivel.
Por lo tanto ya debemos estar todos acostumbrados a que esta es la única realidad, en tiempo presente (y ya con algunos años encima) del equipo Santos.
Es ya de ilusos pensar e ilusionarse con que las cosas podrían marchar mejor.
Porque la verdad no existe asomo ni posibilidad (dado el contexto actual del club) de aspirar a ser campeones.
Eso es ya una utopía para el lagunero.
En Puebla reafirmamos y confirmamos la realidad del Club Santos Laguna.
Y que conste que estoy escribiendo de futbol; no estoy escribiendo, ni siquiera, de negocios.