En Juárez se vio la peor versión del Santos desde la llegada de Ambriz.
Hacia buen tiempo que no veíamos un Santos lento y apesadumbrado; así se vio durante todo el primer tiempo ante Bravos y no se le notó mucho ánimo para ir por un partido ganable. Claro que por capacidad y alternativas tenía manera de traerse los 3 puntos a Torreón.
Pero salvo Jordan Carrillo y alguno más, el equipo no se vio como en sus anteriores partidos, donde ya se les había notado la actitud digna de la institución a la cual representan.
Ante Juárez casi no hubo asomo de eso.
Ahí sí, en cuestión de actitud de sus futbolistas, Ambriz no tiene la culpa (¿o sí?).
Pero aquí el meollo es que el rival era muy, pero muy a modo.
El Santos, por ejemplo, le puso a Cruz Azul una arrastrada de esas que terminaron por encriptar a La Máquina y le ha costado mucho salir de ese trance que el Santos le propinó.
A qué voy con esto, pues a que el Santos suele jugar al tamo del rival que tenga en frente.
Y es esa circunstancia la que invita a pensar y creer que en el próximo partido, ante América en el TSM, el Santos sacará pecho y nos brindará una gran actuación.
Ya lo ha hecho ante América, ya sea en el Azteca o en el TSM. Pero el tema de hoy es Bravos, uno de los equipos más débiles de nuestra liga.
Y ante ese equipo el Santos se colapsó, en ataque, en construcción de juego y, sobre todo, en defensa.
Lo de Govea es para llamar la atención: solamente ingresó para hacer actos de omisión en defensa.
Dória fue víctima de su propio entrenador, que lo mandó a configurar una línea de 5 que, en lugar de defender, dejó de defenderse.
Una cosa es bien clara y así ha sido siempre en el futbol (a menos que seas la Selección Italiana de los años 90): cuando optas por defender, dejas de defenderte. Las ventajas se conservan haciendo lo que hiciste para obtener esa ventaja: atacar.
No se conservan cediendo la iniciativa y defendiendo cerca del arco propio. Eso hizo Ambriz en el segundo tiempo, una vez que se puso en ventaja su equipo.
Pero Ambriz es sabio y sabe componer las cosas cuando se desbaratan.
De eso no tengo ninguna duda. Toca frotarse las manos para el que será, con lleno ya garantizado en el Corona, el mejor partido de la jornada.