Hace varias semanas en la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) la marea presenta distintos vaivenes; a ratos parece que las corrientes políticas cobran ímpetu en torno al rectorado del Dr. Jorge Olvera García, quien concluirá el próximo 14 de mayo. En otros momentos, esa política que corre por las redes sociales y de radio-pasillos, cesa un poco y la actividad universitaria vuelve a ganar la atención merecida; entonces predomina la agenda que le es propia a la máxima casa de estudios: docencia, investigación, difusión, extensión y vinculación, así como la cooperación internacional.
Prácticamente desde el martes pasado, la marea en la UAEM subió nuevamente para explorar si algo se podía "adelantar", a fuerza de arrojar anzuelos. Se trata de uno de los deportes que mucha gente suele practicar y, consiste en jugar a hacerle al adivino; incluso algunos llegan a tal exceso que, apenas se va sentando la persona en su nuevo cargo e, inmediatamente comienzan a asegurar quién seguirá dentro de tres, cuatro o seis años, según sea el sistema métrico de las gestiones o encomiendas.
El rector Jorge Olvera, a estas alturas, estará revisando su 4º Informe de labores del próximo 3 de marzo. En su labor, deja varios logros en distintos ámbitos, tanto de funciones sustantivas como adjetivas. Se alcanzaron sitios a escala internacional, nacional y estatal, derivados de sistemas de evaluación prestigiados; esos logros son fruto de esfuerzos e intereses colectivos que emana de una política educativa articulada a escala institucional. Como toda conducción frente a una institución de las dimensiones de la UAEM, habrá aspectos que fortalecer, innovar, reorientar o mantener, en bien de toda la comunidad universitaria y de la sociedad.
Se ha especulado que uno de los posibles aspirantes a la rectoría de la UAEM pudiera ser el secretario de Docencia, Dr. Alfredo Barrera. Como académico que soy, lo celebraría porque se trata de un universitario cuyo perfil es el conocimiento de la universidad donde se formó y para la que ha trabajado por más de 20 años; él ha dado muestras de tener visión, serenidad, y siempre ha sido cuidadoso en el trato interpersonal. Su actuar ha sido invariable, no solo desde el cargo que ha desempeñado estos últimos cuatro años, sino en toda su trayectoria profesional.
