Paty Cerda, excepcional.
La semana pasada se abrieron las puertas del cielo y entró tranquila, sin molestar a nadie, como había sido su costumbre siempre, una gran universitaria y científica destacada del Sistema Nacional de Investigadores, en los temas sociales, así como una excelsa comadre a quien yo conocí desde que era muy joven.
Con la herencia de un gran padre, que fue el primer director de la Facultad de Comunicación que fundamos en nuestra época, Paty se fue a preparar a España; luego estuvo de periodista en el Vaticano, en los periódicos de México y ya regresando de su bellísima carrera universitaria, se dedicó a la investigación social, tema que muy pocos desarrollan y que es la base del conocimiento de cómo manejar una ciudad, un país o el mundo mismo.
Su interés fundamental fueron los pobres y los desposeídos de la justicia, y su amistad la distribuyó con ternura, una gran dosis de dulzura familiar y siempre representando la bella tradición familiar que la acompañó a ella y a sus hermanos, que forman parte de una sublimación de la acción política y social de este estado.
Para Paty, su esposo y su hija fueron siempre su motivación y la Universidad Autónoma de Nuevo León la premió como mujer única y la facultad en donde desarrolló su trabajo debe estar orgullosa de que por sus aulas una gran dama caminó y transitó con serenidad; siempre con interés social. Desgraciadamente, en el ritmo del tiempo y en el quehacer de la existencia la hemos perdido en forma física, pero no en melancolía, nostalgia y recuerdos que siempre nos acompañarán porque estuvimos siempre a su lado, en su trabajo creativo y en su vibración emocional.
La Universidad Autónoma de Nuevo León pierde a una investigadora sui géneris, única, reconocida ya. Ojalá que sea vuelta a reconocer ya en estos momentos, en donde lo etéreo se confunde con lo físico y el firmamento se abre en la eternidad. Esa laguna inalcanzable a la lógica, pero espiritual en su profundidad.
Descartes: Pienso, luego existo… Se nos fue una gran universitaria y sobre todo una amiga leal, generosa y filial, entregada a las mejores causas de la sociedad. Todos la vamos a extrañar.
Luis Eugenio Todd
