Recuerdos y nostalgia
Mañana entrará Tomás Boy al Salón de la Fama del Futbol Nacional e Internacional, avalado por la FIFA, en Pachuca, Hidalgo, y es una excelente idea. Yo no podré asistir por razones personales, pero sí quiero comentar que el tema de Tomás Boy es un fenómeno social que representa la esencia del bello deporte del futbol.
Este deporte es pasión, no solo dinero. Es ciencia, porque hay que programar las cosas; es técnica y también es arte, porque en una bella jugada hay plasticidad. Se parece a la vida, porque no siempre gana el mejor, y es sociedad, porque se juega en armonía con el resto del equipo. Es entonces una síntesis del arte y la ciencia que son la esencia del mundo real.
Tomás Boy fue un gran jugador con un temperamento pasional.
Su genialidad fue parte de los Tigres originales, que formaron la mejor afición de México.
Se le entrega un merecido reconocimiento y lo felicito. También me hace recordar la vieja época de los Tigres románticos y de la belleza de la pasión hecha deporte que tiene una enorme proyección social.
Descartes: Pienso, luego existo…Tomas Boy fue un gran jugador, no solo goleador: distribuía y concluía. Es incomparable.