Haber recibido a Trump.
Yo fui diplomático (a la carrera), pero entiendo los laberintos de ese tema y sé que alguien mal aconsejó al Presidente para que recibiera al patán que ha insultado a nuestra identidad, y al que le dio trato de jefe de Estado, cuando es sólo un precandidato.
Según mi experiencia como médico, ése es un enfermo mental, que nos insultó; dijo que éramos inmigrantes ilegales que violábamos y llevábamos drogas a su país, y no pensó en que su país es el que ha vendido las armas en forma ilegal, para que los narcotraficantes hicieran el desastre de matar a 300 mil personas en diez años. A ese ignorante se le olvida que el mercado de las drogas, por la depresión social que sufre Estados Unidos, es la causa del problema. El descaro fue que el Presidente de todos los mexicanos lo recibió y lo atendió.
Todavía recuerdo cómo Echeverría y López Portillo defendían a México, y no permitían agresiones como la de querer construir un muro. La diplomacia no es estar de rodillas ante el imperio económico norteamericano, es tener la dignidad de defender a nuestra nación, que tiene mucha más fuerza cultural que Estados Unidos, y por eso me dio vergüenza ver a Peña Nieto atendiendo y dialogando con ese patán…
Y me acordé que mi padre Hiram Todd fue niño héroe en la invasión a Veracruz en 1914 y conservó con orgullo su herida de bala.
