Necesarias, pero bien implementadas.
Una jueza federal dictaminó en contra de la decisión de la Secretaría de Educación de suspender lo que fue un acierto del régimen anterior: iniciar las escuelas de tiempo completo, porque se ha documentado, hasta la saciedad, que no solo es para que los padres puedan trabajar, sino para que el niño se impregne de un sistema que le permita ir aprendiendo, por sí solo, en el transcurso de todo el día. Y además es un apoyo para evitar la desnutrición de que sufren millones de mexicanos, y que es uno de los problemas más serios que hay en el mundo.
El hecho de que esta jueza haya impedido una medida absurda, que era cancelar las pocas escuelas de tiempo completo, permite que se haga un programa de apertura de nuevas escuelas de tiempo completo, en donde coman los niños y si es posible, desayunen.
Esto porque esta es la única forma para poder impregnar de habilidades y conocimientos al niño, y cumplir los programas que en la actualidad son de tres horas, porque los padres llegan a la escuela a dejar a sus hijos y después los niños salen a las 12, para esperar a sus padres.
Y la verdad es que la permanencia real en clase es solo de tres horas, mientras que algunas escuelas preescolares, como las del PT con Lupita Rodríguez de Anaya a la cabeza, nos han demostrado que con tiempos completos y atención esmerada a los niños, se ganan premios internacionales y se demuestra que la educación a tiempo completo, que también existe en países subdesarrollados como Cuba, y que también existe en países muy desarrollados, en donde hay una armonía entre la familia y el maestro, permite la integración de tiempos absolutos y completos para poder lograr, a través del juego y no solo de los libros, un avance trascendente en el arte de leer, escribir y comprender; de pensar y contar, y de utilizar los medios nuevos de informática y de computación.
Todo eso en un ambiente familiar, que es el que predomina en las escuelas de tiempo completo, donde se puede lograr el espíritu comunitario; ese del que hablan por pura teoría los actuales directores de la educación pública en México.
Yo quiero felicitar a la jueza, porque tuvo los tamaños para poder lograr tener un error corregido, pues simplemente usó el sentido común y que este sentido, que es el menos común de los sentidos, decía mi maestro, se tiene que utilizar en todos los avatares, sobre todo los que son públicos, porque benefician a lo que es nuestro futuro y nuestra obligación fundamental, que no es, como muchos piensan, la política, sino el conocimiento que da libertad, independencia y permite la soberanía y la creatividad, que la escuela debe fomentar.
Yo pienso y reitero que todas las escuelas deben tender a ser de tiempo completo y compartido, que ahora son muy pocas y relacionarse con la familia y no inventar nuevas y absurdas tesis sobre el espíritu comunitario, la paz, etcétera, porque eso no funciona más que en forma práctica y eso se logra en la unión escuela-familia.
Descartes: Pienso, luego existo… Cómo una jueza nos está dando una lección: que hay que tener escuelas de tiempo completo, para lograr la integración de la familia, la comunidad y el niño, y resolver el problema de la nutrición.
Luis Eugenio Todd