A veces es psicosis orgánica.
Yo tengo amistad con psiquiatras que saben de neurociencias y que conocen que a veces la iluminación creativa se convierte en pequeña psicosis orgánica, en que la gente se imagina, transitoriamente, que está haciendo las cosas bien y actúa en consecuencia.
También creo que el Presidente de la República tiene muy buenas intenciones y como dijo Muñoz Ledo: está iluminado y mucho de lo que decide es bueno, porque tiende a proteger a los pobres y en la iluminación, a los desvalidos, a los viejos y a todos aquellos que han carecido de protección, y eso no es malo. Yo diría que es un acto de nobleza.
Pero la realidad describe un hecho que es crudo, pero cierto, en el que el realismo desborda el buen deseo. Pienso que actualmente estamos en un régimen que tiene muy buenos deseos, pero las estrategias no son las que corresponden a este mundo cruel de liberalismo económico y de competitividad, y por lo tanto no están acordes con la realidad.
Eso está descrito en las neurociencias, como pequeñas psicosis orgánicas que todos tenemos, alguna vez, con los deseos de bondad, de trascendencia y de buena fe, pero no suceden los aciertos que uno quisiera desarrollar y la crueldad, que es hermana de la realidad, nos destapa y nos hace ver la fría respuesta a los buenos deseos.
Yo pienso que el régimen actual tiene muy buenos deseos de combatir la pobreza, la marginación y la ignorancia, pero que no está sucediendo así, porque nuestro país está sufriendo la crueldad y la frialdad de un mundo que no ve la moral, sino el pragmatismo, y entonces sucede que está habiendo un choque entre la crueldad de la frialdad comercial y la iluminación y los buenos deseos del Presidente, que quiere hacer las cosas bien, pero que no se realizan, pues vivimos en un mundo de liberalismo económico y frialdad financiera.
Ojalá, como diría Thomas More, todos fuéramos buenos y quisiéramos al semejante, pero la verdad nos muestra lo frío del mundo actual. Yo estoy de acuerdo con las ilusiones, pero los resultados no parecen ser los deseados y ahí viene el choque de lo real con lo irreal.
Descartes: Pienso, luego existo… El cielo está lleno de buenos deseos, pero ojalá nos adaptemos a una fase intermedia.
Luis Eugenio Todd