“Sigue la mascarada.”
En mi experiencia en el ámbito político del país, siempre observé que había una fórmula de los políticos de no decir la verdad, para crear incertidumbre y conservar el poder. Un día, a mi pregunta de si iba a poder postularme como candidato a un puesto de elección popular, Gutiérrez Barrios me contestó: “Sí, claro doctor, no vamos a hacer una mascarada”; pero la hicieron. En esa época Sócrates Rizzo fue ungido por Carlos Salinas y a él lo había destapado previamente Miguel de la Madrid, y así sucesivamente, hacían una simulación y destapaban a su candidato, que era apoyado de inmediato por la CTM.
Yo esperaba que actualmente el PRI cubriera las formas; sin embargo, José Antonio Meade, quien no pertenecía al partido, aceptó la ignominia de una mascarada.
Valga este comentario para señalar que creemos en la democracia y nos gusta guardar las formas, porque como dijo Reyes Heroles, “en política la forma es el fondo”, y aquí, nuestro Presidente primero mandó a su secretario de Relaciones Exteriores a hablar bien del licenciado Meade y después dijo: “No se despisten”, lo cual quería decir que no iba a ser el que había dicho Videgaray, para posteriormente él mismo, al aceptar la renuncia, citó a los medios y le deseó que le vaya bien en su nuevo proyecto, y de inmediato van a la CTM, CNOP y CNC, a seguir las órdenes del Presidente, apoyando a un candidato desconocido para ellos, desde el punto de vista partidista.
Todo eso va a seguir perjudicando la confianza en la política, la que hay que recuperar para que México pueda seguir madurando en los procesos democráticos, y decir la verdad, para que la gente vuelva a creer en ellos.
DESCARTES: Pienso, luego existo… Sigue la mascarada y se oculta la verdad.