El tema de la violencia es muy serio, porque aunque en la actualidad se están haciendo esfuerzos sobrehumanos para tratar la problemática de la falta de agua en el área metropolitana, y se ven muy buenas intenciones y algunos resultados favorables, como los recién mil 200 metros cúbicos por segundo adquiridos en la zona citrícola, el tema de la violencia sigue vigente y nos muestra como un estado subdesarrollado en el rubro más importante, que es el de conservar la paz interna y la tranquilidad de sus habitantes.
Todos los teóricos como Rousseau, Montesquieu o Tomás Moro han insistido que la función primordial del Estado es la de propiciar la paz y la seguridad de sus habitantes. Todo lo demás puede ser corresponsabilidad cívica y por eso los anarquistas y muchos teóricos y sociólogos defendían que mientras menos Estado existiera y más sociedad, los países iban a desarrollarse mejor y no requerían mucho de la administración pública, con gastos a veces innecesarios que sacrifican valores fundamentales del quehacer social.
En el año 2012 tuvimos un récord de muertes por homicidio, que alcanzó los 100 casos. Ahora todavía no terminamos julio y ya tenemos 103 homicidios, que son producto de la inestabilidad nacional y local, que es generada por problemas económicos, sociales y sobre todo por la falta de una educación que preserve los valores morales, como diría Alfonso Reyes.
Estos comentarios deben hacer despertar a los funcionarios públicos encargados de la seguridad y prever nuevas iniciativas y coordinación con la sociedad empresarial, tal y como se hizo en el año 2014, que dio buenos resultados.
Todo esto sin pensar en cuestiones políticas, partidistas o quién es el que manda aquí, sino pensar en la coordinación de esfuerzos y en seleccionar al personal técnicamente capaz y bien preparado, así como pedir asesoría internacional, para resolver el terrible tema de que no se puede salir a la calle sin temor y que estamos en un proceso anárquico en la función más importante del Estado, que es preservar la seguridad de sus habitantes.
Descartes: Pienso, luego existo… Hay que tomar el toro por los cuernos, olvidarnos de la política y resolver la terrible inseguridad que nos impide caminar tranquilos por la calle.
Luis Eugenio Todd