No deja de ser apenas un partido, pero el resultado y el accionar de la selección mexicana de futbol, sobre todo en el segundo tiempo en el debut de Gerardo Martino al frente del Tricolor alimenta otra vez, como ha sucedido en los últimos ciclos mundialistas, la esperanza de que el conjunto nacional navegue en aguas tranquilas hacia la Copa del Mundo de Qatar 2022.
El triunfo de 3-1 sobre Chile el viernes pasado en San Diego, en un cuadro que presentó una mezcla de jugadores jóvenes con otros más de experiencia significó el arranque de México en la era del Tata Martino, una etapa en donde más allá de Copa Oro y cualquier cantidad de partidos amistosos, la finalidad será calificar a Qatar, tener una propuesta futbolística que convenza a los jugadores y agrade a la tribuna, además de llevar poco a poco a una nueva camada de jugadores que serán el presente y el futuro de nuestro representativo, en este grupo deben aparecer Hirving Lozano, Diego Lainez, Roberto Alvarado, Jonathan González, Carlos Rodríguez, Raúl Gudiño, Edson Álvarez, Jorge Sánchez, Alexis Vega, por mencionar a algunos, y ojalá que la lista sea mucho mayor.
Ojalá que los clubes entiendan la importancia de colaborar cuando se requiere facilitando a sus jugadores a la selección, que el aspecto económico, que por supuesto siempre será importante, no sea lo primordial y que el Tricolor además de cumplir con sus duelos en Estados Unidos pueda medir fuerzas ante equipos de primer mundo en Sudamérica y Europa. Parecieran cosas fáciles de cumplir, pero la historia ha dicho lo contrario.
Falta mucho tiempo para Qatar 2022, espero que el proceso sea provechoso, productivo y que se hable más de cosas positivas en la cancha que de problemas fuera de ella, escándalos, grilla y demás, que por experiencia le han hecho muy mal al futbol mexicano. Al tiempo.