Desde hace algunos años, la felicidad es objeto de estudio de distintas ciencias. Los investigadores coinciden en señalar que un ingreso que permita acceder a la oferta de bienes y servicios que ofrece el desarrollo cultural y tecnológico de nuestro tiempo es una condición para ello. Pero, aquí no le voy a presentar teorías, sino relatarle tres historias de mujeres que muestran que poseer demasiado dinero puede traer terribles infortunios.
La mujer más rica de Alemania. Susanne Klatten es la heredera de la empresa automovilística BMW, su patrimonio se calcula en ocho mil millones de euros. Esta acaudalada mujer se casó con Jan Klatten, con quien tuvo tres hijos. Es extremadamente discreta, cuidadosa y reacia a participar en lo que se llama jet-set. En agosto de 2007, la mujer rubia y delgada de 44 años conoció en un bar en la ciudad austriaca de Innsbruck a un “hombre fascinante de ojos azules”. Unos días más tarde, Susanne y Helg Sgarbi se reunieron en una habitación en el hotel Holiday Inn, en Múnich. Lo que Susanne Klatten no sospechaba era que, desde la habitación contigua, previamente reservada, el cómplice de Sgarbi grababa con una cámara de video el encuentro sexual.
Los encuentros amorosos se prolongaron durante ocho semanas. Después se conoció que ella era una víctima más de las extorsiones sistemáticos de un “caza mujeres”.
Sgarbi primero pidió ayuda a Susanne argumentando que se encontraba en los Estados Unidos donde había atropellado al hijo de un mafioso. Para evitar que lo asesinaran como venganza, le pedían mucho dinero. El 11 de septiembre, la acaudalada rubia le entregó siete millones de euros.
Posteriormente Sgarbi le pidió 50 millones. Si la accionista de BMW se negaba a pagarle, enviaría un DVD con “imágenes explicitas de sus citas a las empresas y organizaciones en las que ella participaba”.
Susanne Klatten no se dejó presionar e informó a la policía. Cuando debería llevarse a cabo la entrega, la policía aprehendió a Sgarbi.
Los abogados de Klatten no solamente exigieron cárcel para el chantajista, sino también ocho millones de euros como indemnización. No porque a la joven rubia le hiciera falta el dinero, sino como señal de venganza de una mujer humillada.
Sgarbi fue sentenciado a seis años de cárcel. Klatten, por cierto, se divorció en junio pasado de su marido.
Una de las mujeres más ricas de Mónaco. El 6 de mayo de 2014, la millonaria monegasca Helene Pastor fue víctima de un tiroteo junto con su chofer, cuando regresaba de visitar a su hijo. Pastor era heredera de una compañía inmobiliaria y descendiente de una familia instalada en Mónaco desde hace cerca de un siglo. La millonaria murió dos semanas más tarde. Durante su estancia en el hospital, no logró identificar a su agresor.
En el juicio, que ha empezado en estos días, aparece como principal acusado el yerno de Pastor, el polaco Wojciech Janowsaki, pareja de su hija mayor, Sylvia, quien presumiblemente encargó el asesinato. En los momentos del crimen, Janowski era el cónsul honorario de Polonia en Mónaco y debía millones de euros.
Parece que la hija de Pastor no estaba involucrada en los planes de su pareja, con quien vivió durante 28 años. Después de ser detenida, la policía la puso rápidamente en libertad, sin cargos. Recientemente afirmó “perdí a mi madre y perdí al hombre de mi vida”. “Estoy devastada, todo mi mundo se derrumbó, 28 años de vida común, ya no tengo a mi madre, no tengo nada”. Añadió que espera obtener de este juicio “la verdad”.
La mayoría de los implicados en el caso enfrenta cadena perpetua. El juicio inició el lunes pasado en el sureste de Francia.
La mujer más rica del mundo. Hace un año, falleció a los 94 años Liliane Bettencourt, heredera del imperio francés de los cosméticos L´Oreal. En los últimos años de su vida, debido al Alzheimer, se había retirado de la vida pública. Diez años antes, se enfrentó en una batalla legal a su hija, Francoise Bettencourt-Meyers, quien inició una demanda argumentando que su madre no estaba en plena posesión de sus facultades mentales y que amigos y encargados se aprovechaban de su enfermedad para enriquecerse.
En el pleito judicial, Francoise acusó al amigo íntimo de su madre, el fotógrafo Francois Marie Banier, de haberse enriquecido de forma abusiva con más de mil millones de euros, entre dinero en efectivo, cuadros de Matisse, Picasso y Man Ray e incluso una isla privada en el archipiélago de las Seychelles.
Sin embargo, la mujer más rica del mundo consideraba a Banier como “su hijo adoptivo” y pretendía que él fuera su legatario universal, lo que significaba que después de su muerte él recibiría entre el 10 y el 20% de su fortuna. En el cuarto intento por evitar esta situación, una juez decidió incapacitar a la dueña de L´Oreal y asignar a Francoise y sus dos hijos la administración de su patrimonio. El hijo mayor de Francoise pasó a ser el tutor legal de Madame.
El dinero -afirma un dicho alemán- apesta (bueno, diría yo, a veces).
¿Es el dinero la felicidad?
- Columna de Laura Ibarra
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Laura Ibarra
Jalisco /