La mayoría de nosotros estará prometiendo en las próximas horas que en el 2025 ahora si irá al gimnasio, o ya empezará la dieta sin falta a partir del primer día del año. Este es un momento para sacar a relucir nuestros impulsos para ser mejores personas, donde pensamos que por un cambio convencional de año, todo puede ser diferente. Sin embargo, el gobierno es de las cosas más necesarias, que urgen sean diferentes y no creo que haya nadie que incluya este tema en sus propósitos de año nuevo. Cuando decimos que tenemos el gobierno que nos merecemos, podemos considerarlo cierto en la medida que somos malos ciudadanos, con esto me refiero al poco o nulo interés que tiene la mayoría de la gente en las cosas del gobierno.
Nadie sabe quiénes son sus diputados, quienes son sus senadores, quienes son los regidores del ayuntamiento, ni siquiera sabemos qué hacen estos puestos. ¿Cómo podemos exigir resultados si no sabemos ni a quien, ni qué exigir? Nadie sabe cómo quedaron los presupuestos de gastos para el 2025, en el municipio, en el estado y el país. No hemos entendido que ese dinero que están definiendo cómo gastar proviene de nosotros.
En el imaginario colectivo se dice que los diputados no hacen nada y que los gobiernos son rateros, y esta queja si se repite mucho en las conversaciones, pero lo manejamos como un simple rumor, sin datos, sin certezas, solo quejándonos como una forma de vida de víctimas sin remedio.
Como propósito de año nuevo yo les quiero proponer que nos prometamos este año 2025 enterarnos, saber en manos de quienes estamos, qué hacen en sus funciones, lo que están cumpliendo y en que están fallando, más allá de rumores o chismes quejumbrosos, que pidamos cuentas (cualquiera puede hacerlo); que presentemos denuncias si algo no nos cuadra (también cualquiera puede hacerlo). Que estemos presentes, al menos enterándonos. Lo que haga o deje de hacer el gobierno no es ajeno a nosotros, son el administrador que todos contratamos para organizar la vida pública, se mueven con el dinero que les damos y deben rendirnos cuentas más allá de sus informes maquillados.
Si no nos enteramos entonces el gobierno va solo, hace y deja de hacer lo que quiera; si no nos enteramos, nuestras reclamaciones de chisme no tienen efecto alguno. La piel gruesa del político le permite dormir tranquilo mientras la gente sufre, pero si tenemos información, datos concretos y saben que nuestra vigilancia es real, y que los datos tendrán nombres y cifras, que en efecto la ciudadanía está presente, entonces tendrán que pensarlo más para portarse mal, pues sería más difícil engañarnos con discursos electorales cargados de mentiras.
Que tu propósito de año nuevo sea enterarte, conoce los nombres, ubica las caras, entiende qué proponen hacer este año y con cuánto dinero lo harán, que tu propósito de año nuevo sea estar presente y enterado, para que siendo un buen ciudadano, forzar que haya un buen gobierno.
