Hace 10 años desaparecieron, en Iguala, Guerrero, 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa. Terrible situación donde en una noche desaparece un camión repleto de muchachos; las historias como siempre, fueron muchas y muy contradictorias entre sí, nos enfrentamos incluso al concepto de “Verdad Histórica” que nunca entendí bien qué significaba, si una mentira avalada por la historia, o una verdad a medias hasta donde se podía contar. Al autor de este concepto, Jesús Murillo Karam, quien era entonces Procurador General de la República y que en una conferencia de prensa ante las preguntas insistentes contestó: “Ya me cansé”, este desorden en la investigación le costó la libertad y hoy se encuentra bajo prisión domiciliaria por su avanzada edad.
La oposición pasaba lista diario remarcando la ausencia de los 43 estudiantes, se organizaron marchas y plantones por todo el país, Las Universidades levantaron la voz, el “#YaMeCanse” generó tendencia fuerte en redes sociales, a la cual la propia Claudia Sheinbaum, desde su lugar de oposición, se subió tuiteando de manera incisiva y contundente y lo que externaba reflejaba la desesperación y enojo que el pueblo de México sentía por un hecho tan atroz.
Es sin duda una historia muy triste, con un final desolador, fueron y vinieron grupos de expertos internacionales y comisionados nacionales, las declaraciones fueron muy fuertes, pero nada pasó, ni se supo la verdad ni se llegó a los responsables originales. La promesa de claridad para los padres en el sexenio de AMLO no pasó de promesa y la respuesta del gobierno de Morena fue igual a la que había antes dado el PRI.
Lo más triste como mexicanos es que en estos 10 años hemos normalizado la desaparición de personas. En días pasados un grupo de buscadoras encontró un campo de exterminio en Teuchitlán, Jalisco, en un lugar que ya había sido antes asegurado por el gobierno, entonces reportaron armas en el lugar.
Sin embargo, ahora las madres buscadoras encuentran en el mismo sitio evidencias de desaparición forzada, de tortura, con tres crematorios. Se estima al menos la desaparición de 400 personas por los pares de zapatos que fueron ahí encontrados.
Hemos perdido la sensibilidad de horrorizarnos y de exigir al unísono mejores estrategias gubernamentales.
Ya perdimos la cuenta de los que nos faltan, por eso nos faltan sin cuenta.